Bosch, 1962; Balaguer, 1966; Danilo, 2012

Bosch, 1962; Balaguer, 1966; Danilo, 2012

El próximo 16 recaerá sobre Danilo Medina la gran responsabilidad de rescatar la nación del estado crítico en que se encuentra, comparable con el que nos encontrábamos en 1962 y 1966, entonces por razones políticas de  expectativas democráticas después de la dictadura y de reconciliación nacional después conflictos fratricidios, respectivamente.

Ahora la crisis es fiscal-económica ante la necesidad de corregir los enormes déficits que recibirá del presente gobierno incidentes de  exposiciones sociales y políticas en medio de grandes expectativas domésticas y trance mundial; reclamando madurez y responsabilidad para encararla: ponderando errores, experiencias y resultados, similitudes y diferencias.

En 1962 la nación experimentaba las primeras elecciones libres después de 31 años de tiranía en medio de expectativas forjadas por Bosch a través de sus consignas: “vergüenza contra dinero”, “tres calientes” e igualdad social apuntando contra “tutumpotes”.

Su arrollador triunfo le llevó a descartar ofrecimientos de colaboración opositora que, junto al desenraizamiento del ejercicio gubernamental, debilitaron la sustentación social de un gobierno que no ofreció respuestas económicas rápidas; evidenciándose en las pocas reacciones inmediatas ante su derrocamiento.

Pero las reacciones fueron mediatas: confrontaciones civiles y militares e intervención extranjera, forjando expectativas de reconciliación y soberanía que abonaron el triunfo de Balaguer en 1966. A diferencia que con su predecesor emanado de las urnas, la clase política anticipó oposición y resistió su llamado a participar institucionalmente en el gobierno, como el formulado a los socialcristianos en su primer discurso de rendición de cuentas el 27/02/66. Balaguer quedó compelido a gobernar únicamente con sus correligionarios o voluntades individuales aisladas.

Estas razones, y la guerra fría imperante, demoraron hasta la segunda mitad de los doce años la consecución de la reconciliación.

El resurgimiento económico provocado por Balaguer proporcionó sostenibilidad a su régimen durante la primera mitad, teniendo como piedra angular la ley de austeridad que: (1)congeló gastos públicos para producir excedentes e invertir en infraestructura generadora de puestos de trabajo, satisfacer necesidades sociales y apoyar productores; (2) sometió el consumo a lo producido, (3)estimuló inversión privada mediante mecanismos de reconversión de ahorro en inversiones.

Danilo no asumirá la presidencia con amenazas libertarias, confrontaciones fratricidas, civiles y militares, intromisión militar externa. Pero lo hará recibiendo untremendo lastre fiscal provocado por derroches y despilfarros de recursos causantes de enormes endeudamientos financieros y sociales potencialmente conducentes al estancamiento o retroceso económico en medio de incertidumbres y reflujos mundiales adversos.  En otras palabras asumirá condicionado por circunstancias económicas con potenciales efectos socio-políticos dibujando el escenario crítico comparable a 1962 y 1966; haciendo aprovechable ponderar aquellas praxis y experiencias políticas y económicas por gobernantes. Pero también de opositores.

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