Bosch ayer y mañana

Bosch ayer y mañana

Juan Bosch en la introducción a su libro Trujillo: Causas de una tiranía sin ejemplo, expresa: “Cuando actúan en función política, los hombres no son buenos ni son malos; son los resultados de las fuerzas que los han creado y los mantienen, y con cierta frecuencia son juguetes de esas fuerzas o son sus beneficiarios.

Los tiranos no caen del cielo. A nadie se le ocurrirá temer que en Suecia se produzca un Trujillo, y no precisamente porque los suecos sean más bondadosos que los dominicanos, sino porque en la urdimbre histórica de Suecia no hay actualmente gérmenes de fuerzas sociales capaces de producir un dictador como el de Santo Domingo. Eso no quiere decir, como hemos oído a menudo en bocas de un realismo demasiado grosero, que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. Ningún pueblo merece un mal gobierno.

Lo que sucede es que un mal gobierno no se produce espontáneamente; es el resultado de una infección del cuerpo social, un desdichado mal que en determinadas circunstancias favorables a su desarrollo, acaba tomando posesión del organismo colectivo. Pero no hay duda de que mientras ese organismo viva, o lo que es lo mismo, mientras el pueblo no haya perecido, puede recuperar la salud, vencer la enfermedad, retornar a ser lo que era y aun mejorar su antigua condición”.

El profesor Bosch entendía que la actividad más importante del hombre era la de tipo económica , por ello inculcó en sus alumnos  el siguiente principio: “La actividad que más influye en la política es la economía. Si la economía marcha bien, marcha bien la política, pero si marcha mal, marcha mal la política”. Ocho de cada diez dominicanos con ojos y oídos sanos, así como con buena capacidad de raciocinio sienten un enrarecido y asfixiante ambiente en la economía del hogar. El costo de la canasta diaria se ha ido elevando sin que con sus manos el padre o madre de familia pueda alcanzarlo. Es por ello que no nos asombra ver la cantidad de personas que acuden a los servicios de gastroenterología y psiquiatría quejándose de malestares estomacales y de insomnio cuyos orígenes  descansan en la angustia que genera la incapacidad para afrontar la demanda presupuestaria casera.

A medida que se ahonda la crisis financiera hogareña en ese mismo tenor aumenta el rechazo de la población a  una gestión de gobierno; igualmente crecerá  el  anhelo popular por un cambio en la dirección del aparato estatal. Para nadie es un secreto que todo Estado tiene un carácter clasista, es decir, que responde a los intereses de los grupos que mayor influencia ejercen sobre el mismo. Cuando surge el momento de ajustar cuentas el gran peso de los sacrificios recae sobre quienes tienen menos fuerza que son al fin y al cabo los pobres.  Sin embargo, es bueno saber que los gobiernos necesitan legitimarse cada determinado tiempo, en el caso nuestro ello sucederá  dentro de once meses, digamos para ser más preciso,  el próximo mayo de 2012. Es en esa fecha cuando a través de las urnas la población votante aprobará o rechazará otro futuro  gobierno peledeísta. Todo dependerá de como esté el estado de salud económica en la mayoría de los hogares humildes del país.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas