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POR DIONISIO SOLDEVILA
Los Medias Rojas de Boston y los Angelinos de Anaheim inician esta tarde una serie de mucho poderío luego de una larga temporada de mucho batallar en la Liga Americana. Boston cuenta con un pitcheo de mucha calidad, superior al de los Angelinos de Anaheim y con la capacidad de derrumbar a cualquier contrincante.
En esta serie pautada al mejor de cinco, los Medias Rojas arrancan los playoffs con Curt Schilling a la cabeza luego de ganar 21 partidos y registrar apenas seis derrotas.
Schilling se ganó el derecho de que en el equipo de Pedro Martínez, él asumió el puesto de cabecilla de la rotación.
Pero Martínez no se quedó muy lejos y será el segundo abridor, dándole a los Medias Rojas la posibilidad de irse arriba 2-0 en una serie en la que solo se necesitan tres triunfos.
Pedro ganó 16 partidos y perdió nueve juegos en un año en el que terminó con la racha negativa más extensa de su carrera, al perder cuatro en línea y ceder la posibilidad de que Boston ganara la División Este.
Además, no se puede dejar de lado el gran poderío ofensivo de los Medias Rojas, que cuentan con el líder jonronero de la Liga Americana en la persona de Manny Ramírez, con 43 y uno de los mejores empujadores del joven circuito en la persona de David Ortiz.
Ambos toleteros llegaron a los 40 cuadrangulares y 100 empujadas y ambos son fuertes candidatos al premio al Jugador Más Valioso.
Pero del otro lado las cosas no son de menor valía, ya que los Angelinos cuentan con tremendo trabuco ofensivo.
Encabezados por Vladimir Guerrero y sus 38 toletazos con más de 100 vueltas empujadas y promedio superior a los .320, el jardinero derecho de Anaheim tiene la potencialidad de acabar con cualquier lanzador.
Los Angelinos se ven debilitados ante la ausencia de José Guillén luego de su expulsión por el resto de la temporada y postemporada debido a sus problemas con Mike Scioscia.
Esta expulsión debilita a los Angelinos en cierta forma porque él fue el segundo mejor del conjunto en empujadas y jonrones al momento de su expulsión.
Ahora, otras figuras como Garret Anderson, Troy Glaus y Chone Figgins, tendrán que esforzarse mucho más para dar la batalla contra una de las mejores rotaciones de la Liga Americana, como es la de Boston.
La de Anaheim es pobre, con Bartolo Colón (18-12) a la cabeza, pero sin ningún otro lanzador verdaderamente estable (Jarrod Washburn, Kelvim Escobar, John Lackey) es difícil que puedan alzarse.
Gracias a su pitcheo abridor y un cerrador confiable como Keith Foulke (aunque con un relevo intermedio de poca monta), Boston puede frenar a los temerosos bates de Anaheim.
