Botín político

Botín político

Las regidurías, que otrora fueron una verdadera herramienta en manos de idóneos munícipes que trabajaban en beneficio de la comunidad, han quedado degradadas a la categoría de botín político de los partidos para remunerar a sus activistas de campaña.

La grave distorsión que ha sufrido la función de regidor explica por qué persisten y se agravan muchos de los problemas de los municipios. No hay vocación de trabajo en pro de las comunidades y sí mucha vocación para exprimir los recursos del erario para provecho de personas y grupos.

Con todo y ese baldón, no puede pasar por alto el hecho de que los regidores pretenden auto incrementarse sus ingresos -que no tienen categoría de salario- aprovechando el incremento de un 30% que debe aplicar el Estado en beneficio de sus servidores. Así, los ediles del Distrito Nacional, cuyos ingresos son de unos 70 mil pesos, pasarán a tener entradas de 90 mil por mes, mientras que los de los cuatro municipios de Santo Domingo, que tiene ingresos de 45 mil pesos, obtendrán unos 62 mil en base al aumento.

Aparte de que no aplican para el aumento, porque no son propiamente asalariados, los regidores pretenden incrementar sus ingresos en un 30% de un golpe, logrando un privilegio sobre los empleados públicos, que recibirán ese aumento en dos partes.

Para agravar las cosas, en algunos ayuntamientos se sacrificará el aumento salarial de los empleados para satisfacer la voracidad de los regidores.

Sencillamente aspiramos a que semejante descaro no logre tener éxito y que sea desarticulado este nuevo acto de pillaje.

Año de retos

El Presidente Leonel Fernández ha definido el 2005 como el año de la recuperación. Lo motivan, probablemente, los logros de su administración en la economía durante el último tercio del 2004 y las proyecciones hacia 2005 derivadas de estos resultados.

Por múltiples razones, entendemos que el 2005 será un año de retos difíciles de evadir en múltiples facetas. Por lo pronto, en materia económica hay que continuar desmontando déficits, fomentando la estabilidad y procurando crecimiento, pero metidos en la camisa de fuerza que es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Además, el Gobierno está obligado a combatir seriamente la corrupción y la criminalidad en todas sus vertientes, y lograr que la Justicia castigue a todos y cada uno de los personajes hallados culpables de actos reñidos con la moral, la ley y el uso de los poderes. En el mismo sentido, hay que mejorar y afianzar la seguridad ciudadana y poner freno a los delitos.

También se vislumbran desafíos en materia política. En un año pre electoral, con la correlación desventajosa para el oficialismo en el Congreso y los municipios, hay que prever grandes escaramuzas de uno y otro lados, unos por mejorar su presencia en esos ámbitos y otros por recomponer sus desbandadas fuerzas. Este desafío podría poner a prueba la capacidad del Gobierno para renunciar al uso de los recursos públicos, sobre todo el empleo, en beneficio de la causa política.

Nuestro deseo es que todas las capacidades y voluntades sean dedicadas a profundizar y afianzar los logros económicos, al saneamiento moral del país, mejoramiento de la seguridad ciudadana y el adecentamiento del ejercicio político.

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