Están presentes en el país desde el siglo antepasado, aceptados y admirados por la sociedad que los observa imponiendo el orden, reuniendo padres y madres con sus niños perdidos en tumultos, saliendo en excursiones a realizar estudios geográficos, geológicos, históricos, climatológicos; impulsando el arte, el progreso, el patriotismo.
Son los Boy Scouts y las Girls Scouts, ellos con sus sombreros y botas en ciudades, campos y praderas levantando tiendas de campaña, entrenándose para escalar montañas, preparándose para encender fogatas. También han sido diligentes en ofrecer al pueblo primeros auxilios en situaciones de emergencia.
Las muchachas se conocieron por sus desfiles, con kepis y faldas debajo de las rodillas, camisas, corbatas y medias al tobillo. Para principios de los años 20 la sociedad era aún cerrada para la mujer y no se mencionan en las crónicas de los inicios. Su indumentaria y la poca participación son resultado de esos tiempos.
Puede leer: El 30 de mayo se honra el día de la libertad y la democracia
En reseñas se afirma que los Boy Scouts llegaron a República Dominicana en 1914 pero una publicación del Álbum Cincuentenario de San Pedro de Macorís de 1932, significa que eran “una asociación de jóvenes y adolescentes que nació en 1926 por iniciativa del profesor Sergio Augusto Beras, como una sección del alumnado de una escuela, para intensificar los ejercicios militares”.
El nombre fue cambiado por el de Exploradores Dominicanos “con una tendencia más amplia, una organización más completa, reglamentada y disciplinada de un modo definitivo…”.
El cuerpo directivo lo integraban Sergio Beras, presidente; Miguel Zaglul, vicepresidente y Ramón De Windt Lavandier, secretario general.
En todo el país, numerosas familias tuvieron un hijo explorador, una hija exploradora. Por eso se conservan tantas fotos de ellos, orgullosos luciendo sus uniformes, cordones y placas. Las imágenes no solo están en álbumes familiares sino en archivos institucionales.
La entidad madre, que tenía su sede en Inglaterra, desde donde gobernaba a todos los Exploradores del globo que entonces llegaban a 10 millones, acogió a los dominicanos el 27 de febrero de 1928, consigna el Álbum. En representación de la organización inglesa actuó el vicecónsul inglés en el país, reverendo A. J. Beer, en acto celebrado frente al ayuntamiento, en los alrededores del parque Salvador, de San Pedro de Macorís.
La asociación scout fue incorporada por decreto presidencial en septiembre de ese año. Por esto se dice que los Boy Scouts nacieron en Macorís, aunque, si hay presencia de fecha anterior, quizá se creó allí una asociación paralela.
A la directiva citada se agregaron Miguel A. Herrera, Telésforo Zuleta, César Augusto De Windt, Rómulo Ferres, Raúl Carbuccia, Manuel A. Prieto y otros.
Tal fue el entusiasmo que despertaron los scouts que monseñor Eliseo Pérez Sánchez, canónigo para la fecha, fundó A los Exploradores Católicos, “con facultades autónomas”.
“¡Siempre listos!”. Los scouts se hicieron cada vez más necesarios y, fieles a su lema “¡Siempre listos!”, estuvieron dispuestos a servir. En 1930 se publicó en Listín Diario la participación de estos en el cementerio con motivo del día de finados. El Scout Master era Casto Vicioso, que acudió con su tropa a mantener el orden.
El jefe del servicio fue Eduardo R. Senices, con los “Oficiales Escuchas” Lirio A Sánchez y José A. Bello, y las “Tropas Boys” a cargo de Osvaldo Cabrera, Manuel D. Vicioso, Luis A. Porro, Lucas E. Tió Lladó, Carlos Silver, Teodoro A. Díaz, Luis Sánchez, Luis E. Henríquez y otros.
El articulista Juan A. Vicioso exaltó el prestigio de los exploradores, refiriéndose a los “scouts capitaleños” dirigidos por el profesor Rivera, lo que da a entender que existían también los de San Pedro. Agregó que el grupo de Santo Domingo era de los mejores organizados, “preparados para cualquier emergencia o calamidad pública”.
Y concluía: “¡Que siga el profesor Rivera inyectando entusiasmo y energía a sus muchachos… ¡Siempre listos!”.
La calle
El auge de los Boys Scouts y Girls Scouts fue tal que el 23 de diciembre de 1963 se designaron sendas calles para reconocerlos. La primera era la antigua sin nombre, ubicada “de sur a norte, paralela a la avenida Abraham Lincoln del ensanche Piantini” y la Cub Scouts, localizada “de Este a Oeste, partiendo de la Boy Scout”. Se tomaron en cuenta los servicios “que han prestado, tendentes al mejoramiento social del pueblo dominicano”.