BP prolonga prueba en pozo en Golfo

BP prolonga prueba en pozo en Golfo

NUEVA ORLEANS, EEUU.  AFP.  La gigante petrolera británica BP anunció ayer que prolongará las pruebas de integridad del pozo petrolero dañado en el Golfo de México, tras el cese del derrame que desde abril provocó la mayor catástrofe ambiental en la historia de Estados Unidos.

«Avanzamos en fases de seis horas por vez. Si hay un cambio en nuestra forma de trabajo, lo anunciaremos», declaró Mark Salt, portavoz de BP, al finalizar el plazo inicialmente estipulado, al tiempo que se negó a precisar los resultados de la prueba.

BP había previsto que las pruebas duraran 48 horas tras el cierre el jueves a las 20H25 GMT de las válvulas del embudo colocado sobre el pozo dañado, por lo que las mismas debían durar hasta la misma hora de ayer.

 Sin embargo, la prolongación de las pruebas -que incluyen mediciones de presión en el pozo, que desciende a 4 km de profundidad bajo el lecho marino- busca asegurar de que no se estén produciendo fugas a ese nivel.

Los ensayos determinarán si el pozo quedará completamente sellado, o si BP deberá volver a succionar la pérdida hacia buques en la superficie antes de poner en marcha pozos de derivación.  BP aseguró ayer que «no hay indicios» de que haya una fuga y que el pozo resiste bien al cierre de las válvulas que puso fin al derrame producido a fines de abril tras la explosión y hundimiento de la plataforma petrolera ‘Deepwater Horizon’, siniestro que dejó once muertos. «No hay ninguna evidencia» de que el pozo «no resista», es decir, no hay ningún indicio de nuevas fugas desde el pozo, dijo el vicepresidente de BP, Kent Wells.  «La prueba no ha terminado. Todavía no hemos llegado a una conclusión final. Pero  no tenemos  evidencia que nos indiquee que el pozo no está sellado», dijo.

Las claves

1.  Falta tiempo

Los ingenieros esperaban registrar lecturas de hasta 8,000 o 9,000 libras por pulgada cuadrada (psi), una presión elevada que indicaría que la integridad del pozo se mantiene.

2.  Miedo y alegría

En la región, los residentes oscilan entre la alegría y el miedo de que la el vertido vuelva a aparecer.

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