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BRASILIA (AFP).- El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, expresó su incomodidad ante recientes acciones de su par venezolano Hugo Chávez en la región, y afirmó que pueden comprometer la integración sudamericana, declaró ayer, martes, el canciller Celso Amorim. Le hemos transmitido a Chávez nuestra incomodidad, y la incomodidad personal del presidente Lula con algunas de sus acciones, dijo Amorim en una audiencia en el Senado.
Esa incomodidad fue expresada de manera inequívoca por el presidente Lula, al punto de que me dijo que eso colocaba en riesgo no sólo el gasoducto (que debe llevar gas de Venezuela a Argentina, pasando por Brasil), sino la propia integración sudamericana, añadió.
Amorim citó como ejemplos de esas acciones la presencia en Bolivia de funcionarios de la estatal petrolera venezolana PDVSA en momentos en que el presidente Evo Morales anunciaba la nacionalización de los hidrocarburos, así como la participación de Chávez en una cumbre el mes pasado en Asunción junto a los presidentes de Paraguay, Uruguay y Bolivia.
Amorim explicó que las crecientes señales y declaraciones del gobierno boliviano indicando que adoptaría medidas que afectarían a empresas brasileñas ocurrieron en paralelo a una presencia grande de funcionarios de PDVSA, y en paralelo a una presencia del presidente Chávez en un encuentro con los presidentes de Paraguay, Uruguay y Bolivia.
El canciller también mostró disconformidad por la manera como Venezuela está tratando de integrarse al Mercosur, bloque regional formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Además, negó que el Mercosur preste poca atención a los aspectos sociales, como lo afirma Chávez, y declaró: No se trata de reinventar el Mercosur, sino de mejorarlo, y muchas veces se dijo (…) que no es el Mercosur el que debe adaptarse a Venezuela, sino Venezuela al Mercosur.
El gobierno brasileño había evitado comentar hasta la fecha las crecientes críticas en Brasil a lo que sectores de la oposición, analistas, y hasta la industria consideran como una influencia de Chávez en Bolivia, durante la nacionalización de los hidrocarburos.
La nacionalización cayó como una bomba en Brasil, que tiene una fuerte dependencia del gas boliviano e intereses económicos de su estatal petrolera Petrobras.
