Brasil admite posibilidad de perder grado de inversión por ambiente político

Brasil admite posibilidad de perder grado de inversión por ambiente político

Río de Janeiro.- El ministro brasileño de Hacienda, Joaquim Levy, admitió hoy que Brasil corre el riesgo de perder su “grado de inversión”, que es concedido a países considerados seguros para los inversores, debido al ambiente político enturbiado por el posible juicio político a la presidenta Dilma Rousseff.

“Lo de la posible reducción (de la calificación de riesgo de Brasil) es un reflejo de la realidad (política)”, afirmó Levy en declaraciones que concedió a periodistas tras participar de una reunión de la Federación Brasileña de los Bancos (Febraban).

Brasil quedó ante el riesgo de perder su grado de inversión tras el anuncio que hizo en la noche del miércoles la agencia de calificación Moody’s de que puede revisar hacia abajo la calificación de la deuda de Brasil por la posibilidad de que el enturbiado ambiente político afecte la economía.

“El inicio del proceso de destitución contra la presidenta a principios de diciembre causa más dudas en la perspectivas de cooperación entre el Congreso y la Presidencia de cara a aprobar importantes medidas de consolidación fiscal para el 2016”, señaló la agencia en un comunicado.

De acuerdo con la calificadora, la situación económica del país puede agravarse en caso de que el Congreso no apruebe las medidas de ajuste fiscal impulsadas por el Gobierno, y eso justificaría la bajada de la nota de la deuda brasileña hasta el escalón de los países cuyos papeles no son considerados seguros.

Como Standard & Poors ya rebajó la nota de Brasil a ese nivel, el mayor país de América Latina perdería automáticamente su grado de inversión, es decir el estatus de país seguro para los inversores.

Levy dijo que, así como obtuvo el grado de inversión, Brasil puede perderlo pero también puede luchar para adjudicárselo nuevamente. “Es como un campeonato de fútbol.

Uno tiene que trabajar para intentar regresar a la división a la que cree que pertenece”, afirmó al comparar la economía brasileña a un club que cae a la segunda división pero que puede aspirar a ascender nuevamente.

Según Levy, incluso con la pérdida del grado de inversión, Brasil tiene condiciones de pagar la deuda externa del Gobierno, que es la que recibe la nota, debido a que la misma es equivalente a una quinceava parte de las reservas internacionales del país. “No hay riesgo de que no queramos o no podamos pagar esa deuda”, dijo.

Admitió, sin embargo, que la deuda interna del Gobierno viene creciendo y dijo que el Ejecutivo tiene que promover una serie de reformas para reducir esa obligación y darle condiciones a la economía de volver a crecer.

Aseguró que esas medidas están previstas en el ajuste fiscal presentado por el Gobierno e instó al Congreso a aprobar las medidas este mismo año para que puedan entrar en vigor en 2016. “Necesitamos de unidad, necesitamos que todos piensen en Brasil en primer lugar”, afirmó al pedir a los partidos que se comprometan con las medidas por el bien del país.

El Gobierno considera que el ajuste puede impulsar la economía, que está en recesión y que, según las últimas previsiones de los economistas, puede terminar este año con una contracción del 3,50 % y en 2016 con una bajada del 2,31 %. Si se confirman estos datos, Brasil encadenará dos años consecutivos de crecimiento negativo por primera vez desde 1948.

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