Río de Janeiro.- Brasil aprovechó el ciclo de grandes eventos que organizó en los últimos años y que concluye este mes con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 para venderse como importante destino turístico, afirmaron hoy fuentes oficiales.
“Brasil tiene el mayor potencial para el turismo en el mundo y aprovechó este ciclo de grandes eventos para despertarlo”, aseguró hoy el presidente de la empresa estatal de fomento al turismo Embratur, Vinicius Lummertz, en una rueda de prensa.
En su opinión, los grandes eventos de los últimos nueve años, que atrajeron a millones de visitantes, permitieron a Brasil cimentar su industria turística, que ahora tiene que desarrollar.
El ciclo comenzó en 2007 con la organización de los Juegos Panamericanos en Río de Janeiro, prosiguió tres años después con los primeros Juegos Militares Mundiales y en 2012 fue el turno de la Conferencia de la ONU para el Desarrollo Sustentable (Río+20), que atrajo a más de un centenar de jefes de Estado.
En 2013 el país organizó tanto la Copa Confederaciones de fútbol como el Encuentro del Papa con los Jóvenes, que contó con un millón de visitantes; un año después del Mundial de fútbol Brasil 2014, con otro millón de turistas, y este año los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, que, según las previsiones de Embratur, atraerá a unos 600.000 visitantes brasileños y unos 400.000 extranjeros.
El presidente de la estatal reconoció que el ciclo terminó con los Juegos Olímpicos y que ahora le corresponde al país adoptar medidas para no perder los logros alcanzados.
Según Lummertz, además de aumentar la promoción internacional, Brasil también tiene que seguir mejorando la seguridad, “aunque Río de Janeiro ya consiguió reducir los homicidios en un 50 % en siete u ocho años”, así como crear un ambiente de negocios propicio para el turismo.
“Hoy tenemos un turismo maduro en Brasil. Tenemos el tercer mayor conjunto de compañías aéreas, tenemos un país que tiene aeropuertos, hoteles, tenemos una infraestructura pesada en el turismo aunque sea una actividad reciente.
Lo que defendemos ahora y consideramos importante es que Brasil mejore las condiciones burocráticas y jurídicas para un desarrollo del turismo”, afirmó.
Según el funcionario, con los Juegos Olímpicos, la capacidad hotelera de Río de Janeiro saltó desde 20.000 habitaciones en 2009 hasta 60.000 cuartos en la actualidad, sin contar las 50.000 personas que ofrecieron en alquiler sus residencia mediante la aplicación Airbnb.
Lummertz dijo que el sector necesita ahora incentivos para desarrollar los negocios del turismo; crear un ambiente jurídico legal y un clima amigable para los negocios del turismo.
“Necesitamos crear las condiciones para inversiones robustas en marinas, puertos turísticos, parques temáticos, parques naturales, resorts, hoteles, locales de eventos… Necesitamos que vengan brasileños y que vengan extranjeros porque vamos a tener un surtidor de desarrollo económico de carácter sostenible, responsable y sostenible, y Brasil necesita eso.
Teníamos eso en la agricultura pero podemos hacerlo en el turismo”, afirmó. Agregó que, pese a las dudas que había internacionalmente sobre la capacidad de organizar los Juegos Olímpicos, Río de Janeiro demostró que puede hacerlo.
“En la inauguración (de los Juegos) le dijimos al mundo quiénes somos hoy y cómo nos sentimos y creo que todos nosotros, brasileños, estamos orgullosos de nuestro logro, alcanzado en medio de una crisis económica, de una crisis política, con una joven democracia fuerte, de una economía resistente y de una capacidad de organización que nos enorgullece a todos”, dijo.
Aseguró que, pese a todas las dudas, Brasil consiguió aprovechar los grandes eventos para promover su turismo, una actividad que, dijo, aún puede atraer grandes inversiones, incentivar la economía, generar miles de empleos y, principalmente, “dar perspectivas a nuevas generaciones porque Brasil tiene el mayor potencial para el turismo de todos los países del mundo».