SAO PAULO (AFP).- El Primer Comando de la Capital (PCC), una facción criminal que opera desde las cárceles y el mes pasado desató una ola de ataques que dejó 170 muertos en Sao Paulo, quiere apoyar candidatos al Congreso de Brasil y formar lo que se ha denominado la “bancada del crimen”.

“Tengo noticias de dos candidatos a diputados apoyados por el PCC, hay indicios que ambos ya fueron cooptados para intentar la infiltración de la organización criminal en el Poder Legislativo”, dijo a la AFP el congresista opositor Raúl Jungmann, del Partido Popular Socialista (PPS).

Jungmann, integrante de una comisión parlamentaria que investiga el delito organizado, opinó que el eventual acceso criminal al parlamento “es algo muy peligroso” y que “habría que tomar medidas preventivas para evitarlo”.

“El ambiente nunca estuvo tan propicio al ingreso de aventureros” al Congreso por el desencanto con la actual legislatura, dijo el analista Antonio Queiroz, del Departamento Intersindical de Asesoría Política (DIAP). “Una alta tasa de renovación (del Congreso) siempre potencia el riesgo”, dijo.

El Congreso está sacudido desde hace un año por denuncias de corrupción que involucran a miembros de varios partidos y analistas estiman que muchos de ellos no revalidarán sus mandatos en las elecciones de octubre.

“Desgraciadamente el riesgo de creación de una ‘bancada del crimen’ es una realidad”, dijo a la AFP el diputado de la Asamblea Legislativa de Sao Paulo Afanasio Jazadji, quien señaló que al menos dos candidatos recibirán dinero del PCC.

El abogado José Carlos Bravo, defensor de los derechos de los presos, admitió ante la AFP que lideres del PCC le ofrecieron dinero para su campaña pero lo rechazó. “Lo que preciso son los votos de sus familias”, dijo haber respondido.

Bravo dijo haber sido recibido por Marcos Camacho, lider del PCC, en la cárcel en la que está recluido. Según Bravo, Camacho aprobó su proclamación y se limitó a conocer la postura del eventual candidato sobre derechos humanos, según relató el abogado.

Bravo es afiliado al Partido Verde, que no le permitió postularse por esa fuerza política.

El abogado dice que no es representante del PCC. “Me apoyan todos los presos”, argumentó.

Estimó que aproximadamente la mitad de los reclusos está ligada al PCC, el 10% al grupo criminal Comando Vermelho y el resto se reparte entre evangélicos (9%) y organizaciones delictivas como Cuarto Comando, Amigos de los Amigos y Secta Satánica.

Defendió sin embargo la necesidad de una representación política de los derechos de los presos, “que defienda el equilibrio del sector penitenciario porque eso puede evitar la violencia y las rebeliones”, dijo.

“La población carcelaria y el PCC descubrieron el valor de la actividad política en abril de 2005”, cuando lideró una manifestación de 10.000 familiares que logró la ampliación del derecho de visita a los presos. Allí surgió la idea de la candidatura, expresó el abogado.

El PCC controla de 70.000 a 100.000 presos de un total de 145.000 reclusos en las cárceles de Sao Paulo (sureste), y sus tentáculos se extienden a otros estados como Mato Grosso do Sul (centro oeste) y Paraná (sur).

Se estima que además del producto del narcotráfico, asaltos y otros delitos, el PCC recauda aproximadamente 60 millones de dólares anuales, y los criminalistas piensan desarrollar negocios con el CV, la poderosa organización de los presos de Rio de Janeiro.