Brasil denuncia guerra de divisas China-EU afecta a no emisores

Brasil denuncia guerra de divisas China-EU afecta a no emisores

Martin Wolf
“Estamos en medio de una Guerra internacional de divisas, un debilitamiento general de la moneda. Esto nos amenaza debido a que aleja nuestra competitividad”. Esta queja por parte de Guido Mantega, ministro financiero de Brasil, es enteramente comprensible. En una era de deficiente demanda, los emisores de monedas de reserva adoptan la expansión monetaria y los no-emisores responden con intervención de la moneda. Aquellos, como Brasil, que no están entre los anteriores y prefieren no copiar a los últimos, encuentran sus monedas en aumento. Ellos temen los resultados.

Esta no es la primera vez que ocurren tales conflictos de divisas. En septiembre de 1985, hace 25 años atrás, los gobiernos de Francia, Alemania Oeste, Japón, E.U. y Reino Unido, se reunieron en el Hotel Plaza de New York y acordaron aplicar la depreciación del dólar de E.U. Aún antes de eso, en agosto de 1971, el presidente Richard Nixon impuso la “crisis Nixon”, recaudando un 10% de recargo de importación y terminando la convertibilidad del dólar en oro. Ambos eventos reflejaron el deseo de E.U. de depreciar el dólar. Este tiene el mismo deseo hoy. Pero esta vez es diferente: el foco de atención no es un aliado conformista, tales como Japón, sino del próximo súper poder del mundo: China. Cuando tales elefantes luchan, es posible que los mirones sean pisoteados.

Aquí tenemos tres factores, relevantes para las guerras de divisas de la actualidad.

Primero, como resultado de la crisis, el mundo desarrollado está sufriendo de demanda crónicamente deficiente. En ninguna de las seis mayores economías de altos ingresos, E.U., Japón, Alemania, Francia, R.U. e Italia, el producto interno bruto en el segundo trimestre de este año regresó al punto en que estaba en el primer trimestre del 2008. Estas economías están ahora operando hasta un 10% por debajo de sus pasadas tendencias. Una indicación de que el exceso de suministro es el declive en la inflación central hasta cerca de un 1% en E.U. y la eurozona: según la deflación señala. Estos países esperan por un crecimiento guiado por la exportación. Es cierto que entre los que tienen déficits comerciales está E.U., y los que tienen superávits son Alemania y Japón. En adición, sin embargo, esto puede sólo suceder si las economías emergentes cambian hacia una cuenta actual de déficit.

Segundo, los sectores privados están trabajando justamente en esta dirección. En sus pronósticos de abril, que pronto serán actualizados, el Instituto radicado en Washington para Finanzas Internacionales indica que este año el flujo neto de finanza privada externa en los países emergentes sería de $746 millardos. Esto sería parcialmente compensando por un flujo privado neto de estos países de $566 millardos.

No obstante, con una cuenta actual de superávit de $320 millardos, y un modesto ingreso de capital oficial, el balance externo del mundo emergente, sin intervención oficial, sería un superávit de $535 millardos. Pero, sin la intervención, eso no podría suceder: la actual cuenta debe equilibrar el flujo de capital neto. El ajuste iría vía una tasa de cambio más alta. Al final, el mundo emergente correría una cuenta de déficit actual financiada por un ingreso de capital privado neto de los países de altos ingresos. Verdaderamente, eso es precisamente lo que uno esperaría que ocurriera.

Tercero, este ajuste natural continúa siendo fallido por la acumulación de reservas de monedas extranjeras. Estas sumas representan un flujo de capital oficial. Entre enero del 1999 y julio de 2008, las reservas oficiales del mundo subieron desde $1,615 millardos a $7,534 millardos, un asombroso incremento de $5,918 millardos. Este incremento fue, uno debe argumentar, una forma de seguridad propia después de crisis anteriores. Efectivamente, las reservas fueron agotadas durante esta crisis: ellas aumentaron por $472 millardos entre julio de 2008 y febrero de 2009. Sin duda, esto ayudó a los países sin monedas de reserva a amortiguar el impacto. Pero este uso de las reservas fue un mero 6% del nivel pre crisis. Además, entre febrero de 2009 y mayo de 2010, las reservas aumentaron por otros $1,324 millardos, para llegar cerca de $8,385 millardos. ¡El mercantilismo vive!

China es abrumadoramente dominante, ya que asciende a un 40% de la acumulación desde febrero de 2009. Para junio de 2010, sus reservas habían alcanzado $2,450 millardos, un 30% del total del mundo y un asombroso 50% de su propio producto interno bruto. Esta acumulación debe ser vista como un enorme subsidio de exportación.

Nunca en la historia humana puede el gobierno de una súper potencia haber prestado tanto a otro. Algunos argumentan, Komal Sri-Kumar de Trust Company of the West, por ejemplo, que tal gestión de la tasa de cambio no es manipulativa, contrario a las opiniones en el Congreso de E.U., desde que el ajuste puede ocurrir vía “cambios en los costos y precios locales”. Este argumento sería más convincente si China no hubiera trabajado tan dura y exitosamente para suprimir las consecuencias monetarias y muy inflacionarias de su intervención. Mientras tanto, el inevitable ajuste hacia la cuenta actual de déficits en el mundo emergente está siendo cambiado a países que son atractivos para los flujos de capital, así como capaces o dispuestos a intervenir en los mercados de divisas en la escala necesitada. ¡Pobre Brasil! ¿Podríamos estar viendo la línea de partida para la próxima crisis financiera del mercado emergente?

John Connally, secretario de la Tesorería de Nixon, dijo a los europeos, que el dólar “es nuestra moneda, pero es también su problema”. Los chinos respondieron en especie. En ausencia de ajustes de divisa, estamos viendo una forma de guerra monetaria: en efecto, E.U. está buscando inflar a China, y China desinflar a E.U. Ambos lados están convencidos de que están en lo correcto; ninguno está teniendo éxito; y el resto del mundo lo sufre.

No es difícil ver el punto de vista de China: es desesperante evitar lo que ésta ve como el grave destino de Japón después del acuerdo Plaza. Con la competitividad de exportación dañada por su creciente divida y presionada por E.U. para que reduzca su actual superávit de cuenta, Japón, en cambio, no eligió las reformas estructurales, sino una enorme expansión monetaria.

 La burbuja subsiguiente ayudó a entregar la “década perdida” de los 90. Una vez se hizo campeón, Japón cayó en el abatimiento. Para China, evidentemente, cualquier resultado sería una catástrofe. Al mismo tiempo, es difícil prever una fuerte configuración de la economía mundial sin grandes flujos de capital neto de los países de altos ingresos hacia el resto. Todavía es también difícil imaginar que eso está sucediendo, sobre una base sostenible, si la economía emergente más exitosa y grande del mundo es también su exportador más grande de capital.

Lo que se necesita es una ruta para estos necesitados ajustes globales. Eso necesitará, no sólo una voluntad para cooperar que ahora parece que falta gravemente, sino mayor imaginación sobre las reformas locales, al igual que las internacionales. Me gustaría ser optimista, pero no lo estoy: un mundo de política de pauperismo tiene menos probabilidad de que termine bien.

Pronostican que   precio del  oro  llegará a $1,450 próximo año

Jack Farchy. Berlin. El precio del oro aumentará a un récord de US$1,450 la onza el próximo año, guiado por la pérdida de fe en la habilidad de los bancos centrales de propulsar la economía global de acuerdo a una encuesta anual cercanamente vigilada respecto la industria de metales preciosos.

La predicción fue hecha por los banqueros, productores y analistas que asistieron a la conferencia de la Asociación del Mercado de Metales Preciosos de Londres (LBMA, por sus siglas en inglés) celebrada en Berlín, la mayor reunión de la industria del oro.

Si eso es correcto, esto significaría un incremento de alrededor de un 11% en relación al último precio registrado de $1,310.10 la onza, provocando grandes ingresos para los mineros de oro más grandes del mundo, tales como la Barrick Gold, Newmont Mining y Anglo Gold Ashanti. La encuesta LBMA había demostrado ser un pronóstico confiable, pero conservador en los años anteriores, aunque la presencia de los mineros y de los inversionistas inclina la encuesta. “Es difícil ser pesimista sobre el precio del oro en el corto plazo, en el peor de los casos usted quedaría neutral”, Kevin Crisp, presidente de la LBMA, dijo a Financial Times. Los comentarios por parte de Crisp, quien también es jefe de metales preciosos en Mitsubishi, la casa comercial japonesa, resumió una atmósfera totalmente en alza en la conferencia de la LBMA. Más de una cuarta parte de los delegados dijeron que los precios del oro podrían andar por encima de los $1,500 la onza en un periodo de 12 meses. Hubo comentarios de que podría llegar hasta $2,000 la onza.  “El grado de incertidumbre que ronda en este momento, ha justificado el movimiento en el oro”, dijo John Reade, vicepresidente en Paulson, el fondo de protección que ganó millones durante la crisis financiera y que está comprando oro. La vacilante recuperación económica global ha guiado a un aumento en la inversión del oro, conduciendo los precios en ascenso aproximadamente por un 20% hasta este momento en el año. El oro ha subido cuatro veces desde el 2000. La mayoría de delegados ignoraron la opinión de que el comercio del oro se  abarrotaba. George Soros ha llamado al oro “la última burbuja”, argumentando que la audiencia del oro se ha extendido. Shayne McGuire, directora de inversiones de oro sostenidas por Teacher Retirement System de Texas, uno de los más grandes fondos de pensión en E.U: con $95 millardos bajo gestión: “Estamos en un momento único en la historia financiera, el mundo  ha considerado que no posee suficiente oro”.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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