Brasil: juicio por sobornos podría empañar imagen de Lula

Brasil: juicio por sobornos podría empañar imagen de Lula

RIO DE JANEIRO. AFP.  El histórico juicio por sobornos pagados por el PT en el Congreso, que comienza mañana en Brasil, reabre el debate sobre el momento más difícil de la presidencia de Lula, cuya imagen puede verse afectada si surgen pruebas en su contra, estiman analistas.

Luiz Inacio Lula da Silva, de 66 años, un as de la política que ha recibido 12 premios y 12 doctorados honoris causa desde que dejó la presidencia en 2010, no figura entre los 38 acusados, pero sí varios de sus allegados.

Desde que estallaron en 2005, durante su primer gobierno (2003-2010), las denuncias sobre sobornos pagados por el Partido de los Trabajadores a legisladores de la coalición a cambio de apoyo político en el Congreso, el expresidente Lula negó estar al corriente, se declaró traicionado y ofreció disculpas públicas a la nación.

No obstante, el abogado del ex diputado Roberto Jefferson (PTB, Partido Laborista Brasileño, centro) que denunció el escándalo, ha señalado que durante el juicio en la Corte Suprema preguntará por qué Lula no está en el banquillo de los acusados.  

«Hablar es una cosa, presentar pruebas es otra», apuntó en defensa de Lula el analista político César Alexandre Carvalho, de la consultora CAC en Brasilia.

«Lula se convirtió en una figura mítica; es el cuento de Cenicienta de la política, el obrero que se transformó en presidente de un país grande, y esto no va a cambiar, tendrían que vincularlo directamente al ‘mensalao’ con pruebas, documentos de que orquestó el esquema» para afectarlo, coincidió André Pereira, politólogo de la consultora Prospectiva.  

Consultado sobre el tema, el Instituto Lula precisó que «el ex presidente no está incluido en la acción, de forma que no es afectado ni comentará el juicio de la Corte Suprema».

Por todo lo alto

Lula logró sobrevivir al escándalo, que hizo tambalear a su gobierno, pero perdió a colaboradores importantes, entre ellos a su jefe de gabinete de entonces José Dirceu, uno de los principales acusados.   Consiguió sin problemas la reelección en 2006, y a fines de 2010 transfirió la banda presidencial a su delfina, la presidenta Dilma Rousseff, también del PT.   En 2009, el presidente estadounidense Barack Obama lo catalogó como «el político más popular del planeta» y el último día de 2010 Lula dejó el gobierno tras ocho años de mandato con un récord de más de 80% de aprobación.   «La pregunta es: ¿continúa Lula blindado? ¿Continúa aquel ‘efecto teflón’ una vez que está fuera del poder?

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