Brasil: meca del fútbol
Pelé inició estrellato de cariocas

Brasil: meca del fútbol <BR><STRONG>Pelé inició estrellato de cariocas</STRONG>

POR MARIO ARVELO, HÉCTOR MOLINA Y ARTURO PEÑALÓ
(20)

La superpotencia del fútbol está participando en Alemania 2006 en su dieciochoava Copa del Mundo, el único país que ha participado en todas las fases finales desde que la Copa Jules Rimet se jugara por primera vez en Uruguay 1930.

El país amazónico ha sido además el mayor triunfador en estos torneos, levantando el trofeo cinco veces. Brasil es, como nota curiosa, el único campeón que no ha vencido un Mundial en su territorio, ya que la fase final que organizaron en 1950 dio lugar al histórico maracanazo, cuando la «garra charrúa» uruguaya los dejó fríos con un 2-1 que vivirá por siempre en el recuerdo de los hinchas de ambos países.

Para mayores datos, los que visten de verde y amarillo son los únicos en ganar la ansiada Copa del Mundo fuera de su continente: lo hicieron en Suecia 1958 y en Corea y Japón 2002.

Fue precisamente en el país nórdico donde comenzó la brillante carrera de Edson Arantes do Nascimento, O Rey Pelé, quien apenas contaba 17 años en su cédula de identidad y quien marcó seis veces para liderar junto a Garrincha y Didi al conjunto verdeamarelho. Cuatro años después un desgarro muscular privó al diamante negro de jugar la Copa que sus compañeros levantarían en Chile, pero para 1970 el público mexicano asistió al espectáculo de un combinado que, bajo el indiscutido heroísmo del ingardeable Pelé, con la oportuna colaboración de estrellas como Jairzinho, Tost»o y Gerson generaron el fútbol más imponente que selección nacional alguna haya exhibido en un campeonato mundial.

Tuvieron que pasar veinticuatro años para que Brasil pudiera volver a colocarse en el Olimpo del balompié, esta vez en el Mundial de Estados Unidos 1994, donde Romario y Bebeto se cubrieron de gloria, marcando a placer y estableciendo distancias con el resto del universo futbolístico, que alcanzó apenas a admirarse de su depurada técnica y categórica solución de partidos. Tras alcanzar la gran final en Francia 1998, sólo para caer 3-0 ante los dueños de casa, volvieron a tocar el cielo en el lejano oriente hace cuatro años. Para esta nueva Copa del Mundo desean «y son legítimos aspirantes» embriagar a todo el planeta, proclamándose nada menos que hexacampeones.

Siendo el primer equipo campeón del mundo que se ve obligado a jugar las eliminatorias del torneo siguiente, Brasil clasificó con cierta facilidad en la zona sudamericana, conquistando el primer lugar por encima de Argentina, Ecuador y Paraguay, aunque hubo (como en los prolegómenos de Corea y Japón) la sospecha de que los albicelestes entregaron el partido de la última jornada a Uruguay, con el objeto de que los orientales pudiesen sobrepasar a Colombia (que se impuso como visitante 1-0 a Paraguay) y viajar a oceanía para la repesca. En todo caso, el scratch terminó con 34 puntos fruto de nueve victorias, siete empates y dos derrotas (1-0 en Quito y 3-1 en Buenos Aires), obteniendo el mayor número de goles en la durísima liga clasificatoria: 35.

Si nos fijamos en las individualidades, el talento futbolístico de Brasil no ha tenido comparación en la historia, y tiene pocos parangones hoy. Si se realizara un listado de los treinta jugadores más trascendentes, habría que inscribir los nombres de Pelé, Garrincha, Tost»o, Rivelihno, Romario, Zico, Falc»o y un largísimo etcétera. Y la cantera parece inagotable: Ronaldo, Ronaldinho, Adriano, Kaká, Roberto Carlos, Robinho y tantos otros valores contemporáneos.

Otro dato: desde que en el 1995 la revista France Football amplió el horizonte del premio al Balón de Oro (cambiándolo del mejor jugador europeo al mejor jugador en ligas europeas), los brasileños se han llevado cuatro galardones de once posibles: dos para el pelón del Real Madrid, uno para Rivaldo y otro para el gaúcho del Barcelona. Un nivel similar de reconocimiento a la calidad brasileña proviene de los premios al mejor jugador del mundo otorgado anualmente por la FIFA.

Desde el punto de vista ofensivo, la seleçao no tiene rival que le pueda plantar cara. Los de Carlos Alberto Parreira no deberán tener dificultades para perforar con consistencia las redes enemigas.  La gran incognita de Brasil se presenta en la defensa, pues a pesar de que Emerson es uno de los mejores mediocentros defensivos del mundo, los laterales Roberto Carlos y Marcos Evangelista Cafu, a pesar de que han sido probablemente los mas grandes de todos los tiempos en sus posiciones, han visto ya sus mejores anos pasar. Estos artistas del fútbol total llegarán al mundial con 33 y 36 años respectivamente, de modo que «ya en las postrimerías de sus gloriosas carreras» aspiran retirarse de la verdeamarela por lo más alto. Por cierto, Cafú es el único jugador que ha disputado 3 finales consecutivas.

Bajo los palos, el ya veterano Dida «cancerbero del AC Milan» ha tenido una temporada irregular. Se apoyará en los centrales Lucio y Roque Junior, porque ya se sabe que Roberto Carlos y Cafú estarán corriendo por toda la cancha. En el centro del terreno Zé Roberto acompañará a Emerson, pues Ronaldinho y Kaká se adelantarán para apoyar a Adriano y Ronaldo. Parreria, que ya entrenó al seleccionado que se alzó con el tetracampeonato en 1994, tiene en sus manos una verdadera maquinaria que, como pocas, pueda prácticamente andar sola.

Sorprende, por demás, la profundidad abisal de una banca desde donde pueden salir en cualquier momento estilistas de la defensa como Cicinho, Alex Rodrigo, Gustavo Nery o Luis»o; o un medio del campo que puede ser cubierto con excelencia por Gilberto Silva, Renato o Alex de Souza; o una delantera que bien puede «en caso de necesidad, ante una goleada que sólo necesite ser administrada» sentar a sus estelares y colocar como puntas a Robinho, Julio Baptista o Ricardo Oliveira.

No es hora de plantearnos si los gestores de la mayor selva del mundo pasarán a octavos de final, o si lo harán como primeros o segundos de su grupo. De hecho, hay observadores que apuntan, no sin razón, que los demás equipos concentrados en una liguilla donde aparecen los brasileños siempre se encuentran, por la sola circunstancia de compartir calendario con la verdeamarela, en un particular «grupo de la muerte». La cuestión es otra: si con semejante escuadra los canarinhos no levantan su sexta Copa del Mundo, toda Brasil llorara decepcionada.  En principio, los brasilenos parten como favoritos de los entendidos, pero en un torneo tan corto no seria la primera vez que se equivocaran.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas