Brasil registró 61,619 asesinatos en 2016, siete por hora, una cifra récord que expone una verdadera «deriva» en materia de seguridad, según datos revelados ayer por el Foro Brasileño de Seguridad Pública. El año pasado, la tasa de muertes violentas llegó a 29.9 por cada 100,000 habitantes, con un aumento de 3.8% en comparación con 2015.
Este indicador supera con creces el límite de 10 muertos por 100,000 habitantes que la ONU considera como violencia endémica, precisó el 11º Anuario Brasileño de Seguridad Pública presentado por la ONG en Sao Paulo.
Samira Bueno, directora ejecutiva de la entidad, explicó que el retraso en presentar el informe obedece a la ausencia de un sistema nacional integrado que colecte esas estadísticas en este país de 208 millones de habitantes.