BRASILIA (AP) _ Brasil propuso que las fuerzas políticas de Haití lleguen a un acuerdo para proclamar la victoria del candidato René Preval en las elecciones y así conjurar los riesgos de un desbordamiento popular, afirmó el miércoles un alto funcionario. La propuesta es discutida actualmente en una reunión de los embajadores de Brasil y otros países junto a autoridades haitianas, dijo Marco Aurelio García, asesor de asuntos internacionales del presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

En la noche, el canciller Celso Amorim dijo que había sospechas de intentos de fraude para modificar la voluntad del pueblo haitiano.

“Hay indicaciones estadísticas que son un poco sorprendentes… hay sospechas de fraudes en algunas urnas’’, afirmó, pero sin mayor elaboración.

Subrayó, sin embargo, que correspondía al comité electoral de ese país y al propio pueblo haitiano resolver el problema. “Sería bueno que todos (los sectores haitianos) se entendieran y encontrararan una solución rápida, buena y respetuosa del derecho del pueblo haitiano’’, dijo.

Amorim sostuvo que durante la jornada había conversado por teléfono sobre el tema haitiano con el presidente chileno Ricardo Lagos, el representante de las Naciones Unidas Juan Gabriel Valdez, y la Secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice en un esfuerzo diplomático por encontrar una solución al problema de aquel país.

En una conferencia de prensa horas antes, García no dio detalles sobre la forma en que fue presentada la propuesta que estarían discutiendo los diplomáticos ni identificó a los otros países en el encuentro, pero aseguró que eran naciones que “están directamente involucradas allá en la crisis’’, como Estados Unidos.

En la reunión se intenta llegar a “una fórmula, que respetando la legalidad, evidentemente, se pueda de cierta manera precipitar la proclamación de Preval como presidente’’, dijo García.

“Nosotros no estamos proponiendo ninguna fórmula que vaya contra la ley… lo que está en consideración en el país (Haití) hoy es la posibilidad de un acuerdo político por el cual los demás candidatos reconozcan la victoria de Preval’’, agregó. “Ahora, evidentemente, eso es una cosa que no podemos imponer… ese es un problema que sólo los haitianos pueden resolver’’.

En el gobierno brasileño, señaló García, “no podemos interferir en el proceso legal de un país, pero nos parece que teniendo en vista el clima existente en el país (Haití), esa sería la mejor solución, pero eso tendrá que pasar necesariamente por un convencimiento de los propios candidatos y por la capacidad que Preval tenga en el momento actual de hacer una negociación’’.

El escenario ideal para salir de la coyuntura, dijo García, sería que el resto de los candidatos reconocieran su derrota, la victoria de Preval y éste, a su vez, pudiera “incorporar (a su eventual gobierno) al conjunto de las fuerzas políticas o por lo menos un gran número de fuerzas políticas’’ haitianas.

Las calles haitianas se agitaron desde el domingo cuando simpatizantes de Preval, favorito en la contienda, salieron a protestar por lo que consideran fue un fraude electoral.

El gobierno de Brasil, que comanda desde 2004 una fuerza multinacional de paz de la ONU en Haití, “está muy preocupado con la situación, temiendo que pueda haber una deterioro mayor’’. “El gran riesgo que tenemos actualmente es que pueda haber un desbordamiento popular’’, dijo.

García expresó, además, que el embajador de Brasil en Haití, Paulo Cordeiro, ha insistido mucho a Preval que “no debe tirar más leña al fuego. Ya hay combustible suficiente’’. Fue una sugerencia presentada a Preval el martes después que el candidato dijera en una conferencia de prensa que hubo “graves errores y probablemente un enorme fraude’’ en las elecciones generales del 7 de febrero.