Brasil sufre otra rebaja a su calificación crediticia

Brasil sufre otra rebaja a su calificación crediticia

Sao Paulo — La agencia de calificación de riesgos crediticios Fitch rebajó el miércoles la calificación soberana del estado brasileño al ubicarla en la categoría especulativa o “junk” (basura), lo que provocó temores de que se profundizará la crisis en la mayor economía de América Latina.

La decisión ya había sido anticipada por los mercados, pero aun así desalentará las inversiones en Brasil, ya que muchas empresas globales exigen que por lo menos dos agencias calificadoras aprueben de un país para poder invertir allí.

Standard & Poor’s redujo la calificación de Brasil a “junk” en agosto, por lo que Moody’s es la única agencia que ha mantenido su evaluación aceptable del país, que comprende la séptima economía más grande del mundo. Los problemas económicos están alimentando el caos político que podría llevar a la impugnación de la presidenta Dilma Rousseff.

La situación se ve agravada por el escándalo de sobornos en la empresa petrolera estatal Petrobras, en el que decenas de políticos y directores de empresas de construcción, ingeniería e incluso del principal banco de inversiones en Latinoamérica se han visto procesados o encarcelados.

En un comunicado, Fitch dijo que su decisión se basa en “la recesión peor a lo calculado, los datos fiscales adversos y la gran incertidumbre política que podría socavar aún más la capacidad del gobierno de implementar medidas fiscales para estabilizar la creciente carga de la deuda”.

La decisión de Fitch surge un día después de que Rousseff le envió al Congreso una propuesta para reducir una cifra económica clave para el año entrante, contradiciendo a quienes argumentan que el país necesita fuertes medidas de austeridad para salir de la recesión.

Sin embargo, una revuelta de legisladores aliados a la coalición gobernante en la cámara baja ha impedido que sean aprobadas reformas fiscales impulsadas por Rousseff y su ministro de Hacienda Joaquim Levy, un economista ortodoxo que fue nombrado para reforzar la confianza del empresariado en la presidenta, quien ha sido criticada de ejercer una excesiva intervención estatal en la economía.

En un comunicado publicado tras la decisión de Fitch, el Ministerio de Hacienda de Brasil dijo que el país tiene los recursos para recuperarse económicamente. “A pesar de los indicadores a corto plazo y la incertidumbre actual, la economía brasileña tiene bases sólidas y positivas”, dijo el comunicado.

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