Brasil: una nación bajo la lupa(1/3)

Brasil: una nación bajo la lupa(1/3)

A Pepe Ega, mi amigo desde siete décadas.
Brasil es reconocida como la economía más grande de América Latina y ocupa uno de los primeros lugares en el mundo,manteniendo una relativa estabilidad económica por mucho tiempo. Sin embargo, afloran cuatro situaciones que vienen tomando cuerpo de manera constante. En esta serie de artículos, analizaremos algunos aspectos de su economía, así como, de sus aspectos socio políticos sustentados en estudios de El País, Project Syndicate, The Economist, El Mundo, El Banco Mundial, The New York Times, Financial Times, The Atlantic, Forbes,The Washington Post, Deloitte, entre otros.
El Banco Mundial estimó en 2017,para Brasil un PIB de 2,056 billones de dólares, una superficie de 8.5 millones de Km2 y una población de 208.38 millones de habitantes. Si bien este valor multiplica la producción de la mayoría de los países del mundo, la verdad es que Brasil está teniendo importantes dificultades a las que hay que prestarle atención. El fenómeno del populismo ha penetrado en muchas naciones del mundo, ahora el turno es de Brasil. Las últimas elecciones presidenciales son pruebas fehacientes. Cabe preguntarse qué ha llevado a una nación tan poderosa a este punto tan crítico: el resultado de la conjugación de cuatro elementos fundamentales.
Primero, un descenso económico. Si bien Brasil continúa ocupando uno de los primeros lugares del mundo, la realidad es que su economía está teniendo un crecimiento bajo. The Economist afirma que, como resultado de la crisis del 2014, Brasil sufrió una reducción de 10% del Producto Interno Bruto per cápita y mantiene una tasa de desempleo por encima del 12%.
Segundo, el crecimiento extraordinario de la desconfianza en las autoridades políticas y en el manejo de los fondos públicos que sacude los cimientos socioeconómicos de los ciudadanos brasileños. En adición a las dificultades económicas, la población brasileña lidia, a la fecha, con una serie de eventos de corrupción que la mantienen desalentada. Entre los más notorios se encuentra el tan mencionado escándalo de Lava Jato que consistió en una de las operaciones de lavado de dinero más consistentes de la historia y que tuvo como resultado la investigación de más de doscientos políticos brasileños y latinoamericanos. A la fecha, aún se investigan los records de las autoridades políticas, incluso aquellos dirigentes con más influencia y poder. Un ejemplo vivo: el encarcelamiento de Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de dos períodos consecutivos, 2003 y 2011, y propuesto como candidato para las elecciones del 2018.
Tercero, factor fundamental, la enorme expansión económica lograda en la presidencia de Fernando Henríquez Cardozo. Después de ella, hubo un enorme crecimiento del clientelismo político, un consumismo extravagante y la eliminación de la ejecución presupuestaria, rechazando una política presupuestaria a mediano y largo plazo, y operar con un concepto de corto plazo. Esta fue una de las principales causas de la merma de la economía brasileña en 2014.
Cuarto, y último, una debacle social causada, en gran parte, por los tres factores anteriores, manifestándose como una ola de violencia espantosa. El País afirmó, a mediados del 2017, que en Brasil suceden alrededor de siete asesinatos por hora, una cifra espeluznante que supera, incluso, a países declarados en guerra.
Estos cuatro puntos fundamentales causaron un desánimo total en la población brasileña.La historia ha demostrado que las poblaciones desesperadas buscan cambios drásticos, lo que explica el aumento del populismo en muchas regiones del mundo: una realidad innegable. La combinación de sociedades diversas con recesioneseconómicas, incertidumbres políticas y desigualdad creando el escenario perfectopara un incremento de esta conocida tendencia política. Estas son las razones fundamentales que produjeron las sorpresivas elecciones de JairBolsonaro, un populista de extrema derecha. ¿Podrá Bolsonaro crear una mejoría económica y social en Brasil en los próximos cinco años? Esa es una pregunta que trataremos de responder en la próxima entrega, cuando, además, evaluaremos la propuesta política y económica.

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