Brasil va a una dura
segunda vuelta

<P>Brasil va a una dura<BR> segunda vuelta</P>

La candidata oficialista a la Presidencia de Brasil, Dilma Rousseff, recibió el 46,9% de los votos válidos contra 32,6% del opositor socialdemócrata José Serra, que la enfrentará en la segunda vuelta de las elecciones el 31 de octubre, informó el Tribunal Superior Electoral con 99,8% del escrutinio oficial.   La tercera colocada fue la candidata del Partido Verde, Marina Silva, con 19,35% de los votos, muy por encima de lo que auguraban las encuestas, pero que queda fuera del segundo turno electoral.   La abstención fue de 18%.

BRASILIA

AFP. La candidata presidencial oficialista Dilma Rousseff ganó la primera vuelta electoral de ayer  en Brasil pero no alcanzó el número de votos necesarios para ser electa presidenta, por lo que deberá enfrentar al socialdemócrata José Serra el 31 de octubre.

«Podemos confirmar que habrá segundo turno en las elecciones presidenciales», dijo el presidente del Tribunal, Ricardo Lewandowski, al culminar el escrutinio.  Con 99.49% del escrutinio terminado, la candidata del popular presidente Luiz Inacio Lula da Silva, de 62 años y que lideró las encuestas con amplia ventaja desde el inicio de la campaña, alcanzaba 46.81% de los votos válidos, contra 32.65% de su principal adversario, el ex gobernador de Sao Paulo de 68 años, José Serra.

Marina, casi con 20%.- La sorpresa de la jornada fue el voto por la candidata del Partido Verde, Marina Silva, que sumaba 19,39%, muy por encima de lo estimado por las encuestas.

Rousseff, cobijada por Lula durante la campaña, prometió detallar mejor sus propuestas al electorado para la segunda vuelta.

«Encaro esta segunda vuelta con mucha garra y energía, porque tendré la oportunidad de detallar más propuestas y mis proyectos», dijo Rousseff en la sede de su comité de campaña después de oficializado el resultado.

Rousseff estaba junto a varios dirigentes partidarios, todos con semblantes serios tras el resultado electoral.

Serra, que terminó su campaña convocando a los brasileños a forzar una segunda vuelta electoral, aún no se había pronunciado sobre los resultados de la jornada electoral.

De su lado, Marina Silva, de 52 años, se congratuló por un resultado que consideró una «victoria», a pesar de haber quedado fuera del segundo turno.

«Esta jornada nos deja felices. Salimos victoriosos. Defendimos una idea victoriosa y Brasil escuchó nuestro llamado», dijo Silva en un multitudinario acto del Partido Verde en Sao Paulo, después de sorprender con casi 20 millones de votos, 5% más que lo que le daban los sondeos preliminares. 

Silva, que fue compañera de Rousseff en el gabinete de Lula, llamó al Partido Verde a iniciar de inmediato una amplia discusión interna sobre la política de alianzas a seguir para el balotaje, pero dejó claro que quien quiera contar con su capital electoral deberá adoptar su agenda.  

Para ser declarada vencedora en primera vuelta, Rousseff debería haber conseguido el 50% de los votos válidos (todos menos los nulos y en blanco) más uno. El resultado de Silva explica el registro peor de lo esperado de Rousseff.

El politólogo Carlos Alberto de Melo estimó en diálogo con la AFP que la gran diferencia entre la votación a Rousseff y lo que preveían los sondeos antes de los comicios se debe a que «no se contaba con la votación a Marina Silva».

Dilma con “mucha garra y energía”

Dilma Rousseff afirmó que encarará «con mucha garra y energía» la segunda vuelta ante el opositor José Serra. «Considero esta etapa un momento muy especial en mi vida», dijo la abanderada del Partido de los Trabajadores (PT), ungida candidata por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien le dedicó un «agradecimiento muy especial» por el apoyo que le ofreció en la campaña para la primera vuelta electoral. En un breve pronunciamiento ante periodistas, en el que no fueron aceptadas preguntas, Rousseff mantuvo que en la segunda vuelta que deberá disputar con Serra tendrá «oportunidad» de «detallar mejor» sus propuestas para «la erradicación de la miseria y el desarrollo del país con elevadas tasas de crecimiento». Afirmó que esas propuestas apuntan a «lograr que los brasileños puedan disfrutar las riquezas del país» y que el crecimiento  sirva para «garantizarle a todo el conjunto de la sociedad unas condiciones de vida adecuadas».

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