NOVA FRIBURGO, Brasil.  AFP. Las ciudades devastadas por las lluvias y aludes en la región montañosa próxima a Rio de Janeiro esperaban ayer los millones de dólares de ayuda prometidos por el gobierno para enfrentar la catástrofe que dejó 718 muertos y miles de personas sin hogar.  

Unos 1,500 hombres de los equipos de rescate, incluyendo unos 700 militares apoyados por una veintena de helicópteros, se dirigieron a las aldeas y comunidades aún aisladas, una semana después de unas de las peores tragedias naturales de Brasil que dejó a casi 14,000 personas sin techo.   Los médicos militares lograron llegar a Poço Fundo, en la localidad de Sao José do Vale do Rio Preto, para vacunar niños y adultos contra enfermedades como el tétano y la difteria, además de llevar alimentos.   «Cuando la montaña empezó a desmoronar, salimos de nuestra casa en la ladera, vinimos aquí abajo y nos refugiamos en una casa junto al río. A las siete de la mañana llegó la crecida del río y se lo llevó todo. Por suerte no murió nadie porque estábamos despiertos», relató  Juliana de Oliveira.   Juliana sostenía en brazos a su hijo de apenas dos años, después de esperar durante una semana la llegada de medicamentos contra la fiebre.   En esa zona, el ambiente era de destrucción: el río Preto arrastró hileras enteras de viviendas y apenas quedaba una pared. 

Las claves

1.  Primer gran reto

Enfrentada a su primer gran desafío después que sucedió a principios de este mes al popular Luis Inácio Lula da Silva, la presidenta Dilma Rousseff concedió un total de 60 millones de dólares de ayuda inmediata a los siniestrados.

2.  BM dará préstamo

El Banco Mundial   anunció el martes que otorgará a Brasil un préstamo de 485 millones de dólares para financiar la reconstrucción, con una primera parte de 29 millones que  será aprobada en unos días.