Brasilia se prepara para cumbre

Brasilia se prepara para cumbre

BRASILIA (EFE).- La capital brasileña amaneció ayer con la vigilancia reforzada, en medio de los preparativos de una operación de seguridad nunca vista en esta ciudad, que la semana próxima será sede de la primera Cumbre de Países Suramericanos y Arabes.

La seguridad, a cargo por ahora de la Policía Militar, se ha concentrado en los hoteles en que se alojarán las delegaciones y en un centro de convenciones donde el próximo martes será inaugurada la Cumbre y en el que hoy se aceleraban los trabajos de ornamentación.

En los próximos días, el número de efectivos de seguridad se irá incrementando hasta llegar a 9.000 hombres desplegados por toda la ciudad, de los que casi las dos terceras partes serán soldados de las Fuerzas Armadas.

Durante los dos días de la Cumbre, las autoridades planean tener también un estricto e inédito control sobre el tráfico aéreo en previsión de posibles atentados, y hasta estudian la posibilidad de declarar festivos el martes y el miércoles a fin de facilitar el desplazamiento de las comitivas oficiales. La reunión entre países árabes y sudamericanos será la tercera cumbre que se celebre en Brasilia, la capital más joven de América, que acaba de cumplir 45 años.

Será también la más importante en términos de participantes, ya que se espera a delegaciones de las 22 naciones de la Liga Arabe y de las doce sudamericanas.

Las anteriores fueron la primera Cumbre Sudamericana, convocada en 2000 por el entonces presidente Fernando Henrique Cardoso, y una de las reuniones semestrales que celebran los mandatarios del Mercosur.

El resto de las cumbres celebradas en Brasil han tenido como escenario, en su mayoría, las ciudades de Río de Janeiro y Sao Paulo, que cuentan con una infraestructura más adecuada y adaptada a este tipo de reuniones.

Tanto el sector hotelero como el comercio de Brasilia se han preparado para la ocasión como nunca antes, alentados por la fama de derrochadores que tienen los millonarios árabes.

El comercio, y sobre todo las joyerías y tiendas de todo tipo de artículos de lujo, sueñan desde ya con una lluvia de «petrodólares».

«Será la primera vez que haya aquí tantos jeques y emires», dijo a EFE entusiasmada la dependienta de una joyería situada en el hotel en que se alojará la mayoría de los jefes de Estado y delegaciones.

Hasta los botones han perdido el sueño pensando en las propinas que pueden recibir. «Dicen que son muy generosos», señaló un empleado del hotel ansioso por ver el desfile de túnicas que se espera.

Los cuidados en los preparativos no sólo tienen que ver con la seguridad de los dignatarios extranjeros, sino también con la forma de evitar todo tipo de «choque cultural» durante la cumbre.

Los empleados de los hoteles han recibido breves «cursos» sobre cómo tratar a los árabes, en los que fueron instruidos a no ofrecer nunca bebidas alcohólicas, evitar la curiosidad que pueda despertar la extraña vestimenta de los visitantes, no sacar fotos ni hablar de religión, entre otras cosas.

Las costumbres de la religión musulmana también han sido tomadas en cuenta y en las habitaciones que ocuparán los delegados árabes han sido dispuestas alfombras orientadas hacia el naciente, que marca la dirección de La Meca.

Paralela a la Cumbre, se celebrará también una reunión de empresarios de ambas zonas del planeta, en las que se esperan unos 500 participantes.

El interés es hacer más fluido un intercambio comercial que, en el caso de Brasil con los 22 países de la Liga Arabe, fue de 8.100 millones de dólares en 2004, con una balanza equilibrada.

El Gobierno brasileño ha invertido en la organización de la Cumbre alrededor de 2,5 millones de dólares, que incluyen hasta el alquiler de vehículos blindados para los mandatarios.

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