Brechas y progreso

Brechas y progreso

Diversos avances científicos y las tecnologías que llaman “de punta” permiten hoy día a muchas personas, sobre todo a las que viven en el primer mundo, el transporte más rápido y moderno, la comunicación satelital sofisticada con la Internet, los estudios y diagnósticos mejor servidos para aproximarse a lo perfecto en un abrir y cerrar de ojos.

Como resultado, los mecanismos  de la modernidad pueden servir para el redescubrimiento en toda su amplitud de los abismos que persisten en la realidad de grupos sociales y naciones.

Por ejemplo: imágenes tomadas desde el espacio fueron usadas para medir la deforestación causada por campesinos nómadas haitianos y depredadores de la corteza terrestre que han ido atravesado la frontera desde Haití hacia República Dominicana.

Un dramático resultado de la tragedia económica y social que impulsa migraciones y exporta hacia este lado prácticas muy destructivas.

A la luz de la información recopilada sobre la situación de la orografía fronteriza se podía haber pronosticado lo que ocurrió este año en la zona de Jimaní, pues  fue la pérdida de capa vegetal lo que alteró los cursos de agua sometidos de improviso a una elevada pluviometría.

Millones de metros cúbicos  se represaron de manera natural y luego desbordaron causando muertes y destrucción en un momento.

Igualmente, podemos enfocarnos hacia otros aspectos de la vida nacional que exponen la conjunción de avances y estancamiento. En República Dominicana es posible beneficiarse de recursos muy avanzados para el tratamiento de enfermedades.

Y que al mismo tiempo ocurre una aguda indigencia hospitalaria y que a unas cuantas cuadras del lugar donde existe el mejor servicio médico mueran pacientes por falta de una atención primaria o de dos o tres medicamentos genéricos de bajo costo.

-II-

Los tiempos son, se reconoce, para que todo aquello que pueda ser resuelto por vía de la informática ingrese con presteza a la era de las computadoras.

Ya la mayoría de las funciones y operaciones de diversos campos de la producción y el conocimiento descansa en el manejo de redes y sistemas.

Los sociedades –se podría decir- miran hacia el futuro basadas en un presente que difícilmente funcione bien si no están de por medios los software y pantallas.

Es preocupante, sin embargo, que en este medio, la modernidad a veces llega sin que exista una zapata para que prospere, así sea una forma antigua de hacer las cosas medianamente bien.

Por ello, en ocasiones, al tiempo de uno ver que se aplican esfuerzos para la tecnificación novísima se hace más presente que este es un país abrumado por vacíos fundamentales, como el hecho de que un sector importante de los  estudiantes ni siquiera puede asistir a unas aulas que llenen los requisitos más elementales o que incluso carezcan de techos y paredes o

estén a cargo de maestros que ni siquiera recibieron la formación básica para transmitir conocimientos.

En muchos sentidos, las viejas carencias obligan a desear que las autoridades se preocupen tanto por el desarrollo de lo nuevo, tecnológicamente, como de secar grandes baches del subdesarrollo que llevamos a cuestas.

Que se progrese de manera integral. Que no tener apagones sea en este país tan importante como tener computadoras.

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