Bren Simon: “Sin esperanza la gente perece”

Bren Simon:  “Sin esperanza la gente perece”

LA ROMANA.- Nos dirigimos con destino a esta provincia para conocer más a fondo a Bren Simon. Esta señora de mirada azul suave y franca nació en Arkansas, Estados Unidos, pero hace 11 años emprendió un viaje que la trajo a este país, ubicado en el mismo trayecto del sol.

Esto así, porque un día decidió a través del Gobierno de su país realizar un estudio de las islas del Caribe, porque su interés era visitar uno de estos territorios donde hubiese un gobierno para construir una casa de verano.

Al culminar sus investigaciones se dio cuenta de que República Dominicana respondía a lo que buscaba, por ser una de las islas caribeñas más hermosas, y porque sus habitantes viven en democracia, pues quería establecerse y tener propiedades en un país que tuviera el empuje de mejorar día a día en el diario vivir.

Al iniciar la entrevista realizada en la parte exterior de una hermosa villa de La Marina nos saludó con afecto, ése que se le brinda a una gran amiga. En todo momento estuvo acompañada de sus cuatro bebés: cuatro hermosos perros raza Maltis, cuyos nombres son: Justice, Liberty, Sempleigth y Satory.

Enseguida empezó a contarnos que como es una persona que le gusta envolverse y conocer la realidad de los lugares donde vive, al llegar aquí a lo primero que hizo fue visitar la farmacia, panadería, heladería, la iglesia.

Recuerda con cariño que en uno de esos recorridos conoció a José Ignacio Morales “El artístico”. Pero, también a medida que se envolvía en la realidad del entorno notó que muchos niños pedían en la calle para comer. “Una vez yo andaba con mi administrador y le pregunté qué cuáles eran las razones por las que esos niños a esa hora no estaban en la escuela. Él me contestó: porque no tienen los recursos necesarios para pagar sus estudios”.

A partir de ese momento centró sus esfuerzos hacia un fin: Ayudar a esos niños, y es que a su entender cuando una persona está en un país que no es el suyo, en el caso de ella que es estadounidense sintió la necesidad de envolverse en los proyectos de la comunidad, de forma tal que las personas no la identifiquen por tu nacionalidad, sino por el trabajo que realizado a favor de ésta.

Misión altruista. Con una gran sonrisa, Bren Simon continuó su relato diciendo que un buen día le presentaron a Lian Fanjul de Azqueta, presidenta de la Fundación Mir, quien le comentó que sus hermanos le habían regalado unos unas tierras y quería que ella fuera a verlas. Como su intención seguía firme ayudar a los infantes de esta provincia, la propuesta pareció caída del cielo.

Cuando llegaron al lugar sus ojos observaron un terreno que no parecía apto para construir nada. “Así comenzó todo, con un montón de tierra. Entonces, trabajé mano a mano con Lian Fanjul y Fundación Mir. El primer edificio que se construyó fue Campo Nueva Esperanza, proyecto para niños huérfanos, cuyos recursos fueron conseguidos a través de la fundación que creé en Estados Unidos en honor a mi hijo Max Simon”.

“A través de los recursos que genera esa fundación llegaban los ingresos para cimentar el centro de estudios. Todos los edificios que allí se construyeron fueron levantados con esos recursos. El campo de béisbol, la piscina, la cancha de baloncesto, los edificios de vivienda, todo lo que hay se construyó con ese dinero”, indicó.

En ese sentido, agregó que lo mismo pasó con la escuela vocacional María Auxiliadora, en la que imparten clases de enfermería, porque todos los edificios e instalaciones físicas fueron levantados con su ayuda, y por ende con la de la Fundación Max Simon, que creó a raíz de la muerte de su hijo. “Cuando mi hijo Max Simon murió decidí que mediante esa fundación caritativa realizaría trabajos comunitarios. En Estados Unidos mi familia está muy ligada al trabajo de ayuda a los demás, pero aquí es diferente porque eres parte del proceso: tú ves los niños crecer, tanto mental como físicamente. Además cuando le das esperanza a los jóvenes Dios te regala la dicha de ver los cambios que se ha producido”.

No obstante, afirmó que le tomó mucho tiempo hacer que las niñas de la escuela vocacional creyeran en su promesa, pues la veían como una extranjera que venía y les daba esperanza, pero que se iba nuevamente a su país. Entonces cuando empezó a venir año tras año a la escuela vocacional, y al ver los frutos de sus promesas todos empezaron a creer. “Esto me da mucha satisfacción porque los frutos del trabajo que hacemos aquí a favor de quienes nos necesitan ven más que en Estados Unidos”.

Bren Simon afirmó que los logros alcanzados hasta el momento se debe al trabajo en equipo que han realizado, porque ella construir y los equipos que necesitan esos edificio, mientras que Lian Fanjul se encarga de buscar los maestros misioneros y las monjas , quienes dirigen y organizan la enseñanza de los infantes que acuden a estos centros. “Ahí radica el trabajo que hacemos en conjunto, porque en principio nos dimos cuenta que no resultaría hacer recaudaciones para que los proyectos se sustentaran por si mismo. Entonces, desde hace cuatro años he estado detrás del 90% del sistema financiero de Casa Nueva Esperanza y la Escuela Vocacional María Auxiliadora, es decir, que el presupuesto que las sustenta viene de la Fundación Max Simon”.

En todo momento destacó que los logros obtenidos se debe al trabajo en equipo, porque son muchas las personas que colaboran con los proyectos de la Fundación Mir. Un ejemplo es que su chef personal también imparte clases de cocina a los estudiantes. “Central Romana y los señores Fanjul proporcionan el terreno para construir los edificios donde los estudiantes reciben las enseñanzas”.

“La labor que hago en este país es por amor y sin ningún interés a cambio, más que la recompensa de que la niñez dominicana, específicamente de La Romana tenga mejores oportunidades, por eso construyo las facilidades, a la vez que soporto financiera y económicamente las actividades que en estas se promueven. La idea es que cuando salgan sepan un oficio, ya sea carpintería, plomería, cerámica”, puntualizó.

[b] “HE LOGRADO QUE LA EDUCACIÓN DE ESTE PUEBLO AVANCE”[/b]

Al evaluar los cambios desde su llegada hace 11 años hasta ahora dijo que ha sido muy grande, pues en Campo Nueva Esperanza empezaron con 30 niños y ahora tienen 70, y aún tienen una lista de más de 150 niños que desean entrar. “Las instalaciones y las facilidades están ahí esperando por esos niños, pero tenemos que conseguir la cantidad necesaria de misioneros que son quienes se encargan de su cuidado. Por ejemplo en la escuela vocacional cada año se gradúan 500 niñas con un grado académico que les permite trabajar en cualquier área”.

Todo llega de acuerdo al plan de Dios y al tiempo que Él te da para ver las obras completadas. Eso es parte de las lecciones que ha aprendido en ese proceso. Por ejemplo, en el Campo Nueva Esperanza se construyeron varios gallineros, a través de los que se les enseñan el proceso de crecimiento de un pollito, así como el de las diversas plantas que se encuentran en la isla. De esos gallineros aprenden que necesitan vitaminas para su cerebro y su crecimiento, y el sentido importante que tiene la higiene.

También producto de esos esfuerzos conjuntos, el pasado martes, Bren Simon inauguró en el sector de San Carlos de La Romana un Centro de Computo para la Niñez, que recorrerá la provincia para que los jóvenes tengan acceso a la tecnología, el Centro de Computo Max Simon y la Biblioteca Padre Sebastián Cabalotto. Ambos proyectos fueron donados al síndico José Reyes Reyes.

Proyectos

La Romana sigue siendo su eje de acción. Actualmente se está demoliendo una de sus propiedades construida con madera en un 90%. Esa madera, sanitarios, fregaderos van a ser utilizados como una especie de reciclaje para construir un centro comunitario para niñas. “Este será un centro donde las niñas van a poder dirigirse, juntarse a estudiar, a conversar, aprender, a trabajar unidas para su comunidad”.

También tiene en proyecto un centro para adictos a drogas y alcohólicos, que tendrá doctores que aportarán sus conocimientos para ayudar esas personas que tienen esos problemas, y donde encontrarán respuestas positivas para enfrentarse a esos males. Este proyecto cuenta con el apoyo del síndico José Reyes Reyes, y quien le ha dado su palabra de conseguir esas instalaciones.

La mujer política y empresaria

Con una actitud de seguridad afirmó que está muy envuelta en la política democrática de Estados Unidos, donde pertenece al Partido Demócrata.

Indicó que como estadounidense no puede envolverse en la política de República Dominicana, pero que está interesada en que la democracia se fortalezca, por el bienestar de sus habitantes y por el progreso de las inversiones que posee en el país. “Esa inquietud no es sólo mía, sino que todas las personas con quienes he conversado últimamente sienten lo mismo”.

Bren Simón afirmó que es una mujer de negocios que vive en un mundo de negocios y, por eso le presta tanta atención al proceso democrático del país.

Otra de las funciones que realiza en Estados Unidos es integrante de la organización no partidista y no lucrativa denominada Activote, que busca que los estadounidenses estén más envueltos en su gobierno.

[b]PERSONAL[/b]

Un libro. “The partys over”, de Richard Heinberg.

Un pintor. Los artistas dominicanos Mariano Sánchez y Onisé Mejía.

Un perfume. “Muy preciosa”, de la línea Cartier.

Un mal hábito. Le encanta comer pan y va en contra de su dieta.

Un sabor. La comida picante.

Detesta. “En realidad no detesto nada, porque te da arrugas en la cara. Cuando siento un sentimiento feo en su corazón lo que hago es orar, orar mucho hasta que desaparece”.

Un color. Rosado.

Una canción. El jazz americano, la música romántica y concierto de piano clásico.

Una hora. Las 11:00 a.m.

Un consejo. “Sin esperanza la gente perece”.

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