Monseñor Fredy Breton Martínez arzobispo de Santiago, realiza la homilía en la celebración del Día de la Virgen de la Altagracia. Feligreses escuchan la misa por megáfonos en las afueras del santuario. Hoy/ Wilson Aracena
“El que peca por insolidaridad contra el prójimo y el que bota el dinero de la familia es corrupto”, aseguró ayer el arzobispo de la arquidiócesis de Santiago, monseñor Freddy Bretón, quien pidió como regalo de la Virgen de La Altagracia al pueblo dominicano que lo libre de la corrupción pública y privada.
Criticó que hay gente a la que ponían en un lugar y lo que pensaba era en adueñarse de todo lo ajeno, por lo que entiende que a veces no se sabe cuál es la peor pandemia que afecta al pueblo. En ese sentido, reiteró que la humanidad vive dos pandemias: el coronavirus y la del egoísmo, la violencia y la corrupción, siendo esta última a nivel público y privado.
“Como regalo único a la Virgen que dé al pueblo corazones dóciles por la voluntad de Dios, dispuestos a sacrificarse por hacer el bien; sería como que se multiplique un Juan Pablo Duarte y María Trinidad Sánchez, toda esa gente noble y con el corazón entero lleno de Dios y amor a la patria”, afirmó.
También deseó que no aparezcan aquellos malhechores que se disfrazan y después están en la justicia por su mala conducta y malversación de los bienes, que no honran a la Virgen de La Altagracia ni hacen crecer al pueblo dominicano que le pertenece a ella.
Criticó que en estos momentos se ponga de manifiesto la precariedad de la condición humana, la falta de solidaridad y caridad.
“Esta imagen es propicia para nosotros en este momento tan difícil que vive la humanidad y el pueblo dominicano que no es la excepción, para que nos ayude a perseverar”, apuntó.
El arzobispo dijo que además de la vacuna contra la Covid 19 se requiere de otra para el corazón, para los que no se compadecen de su prójimo.
Desde afuera. Para cumplir con el distanciamiento físico los feligreses escucharon a través de un megáfono la tradicional misa para venerar a la virgen en las afueras de la Parroquia Santuario Nuestra Señora de La Altagracia. Otros prefirieron hacerlo por medio de las redes sociales y otras plataformas digitales.
Colocados a cierta distancia los fieles se arrodillaban y otros permanecían de pie, pero inclinando su rostro en reverencia a la virgen protectora espiritual del pueblo dominicano.
Esta vez fue prácticamente nula la actividad comercial que genera esta fecha en las inmediaciones del templo.