Breve reflexión para 2023: un año preelectoral

Breve reflexión para 2023: un año preelectoral

Félix Nova

Empezamos un nuevo año, que estará enmarcado por una fuerte agenda política porque estamos en un año preelectoral, lo cual veremos poco a poco como empieza una campaña política que si sigue el ritmo de lo que fue la precampaña y campaña para los comicios del 2020, estimo que sería con una connotación de agresividad, con un discurso destructivo imponiéndose sobre lo constructivo, donde el argumento de muchos es una consigna que la demostración de propuestas tangibles.

Nuestra cultura política se ha visto sumergida en discusiones del “tú más” y no debates del “que se puede hacer para mejorar”, como mencione anteriormente, estamos siendo más destructivos que constructivos en el quehacer político porque a la hora de destruir es tan sencillo, pero la construcción de algo es largo plazo y tiene dificultad. Un ejemplo de construcción pongo a una torre de cartas, el tiempo que se toma y dedicación es bien extensa, pero al hacerlo uno sabe la dificultad que se toma, pero al momento de destruirla, solo con remover una de las cartas se derrumba todo de una manera sencilla, cosa que cualquiera puede hacer.

Este nuevo año, nos toca comprender que la política del siglo XXI no es vertical: aquella política donde se destacaban líderes que conducían y la masa ciegamente obedecía, esos liderazgos mesiánicos los cuales sus seguidores llaman maestro, líder y guía”, son cosas que la cultura política debe dejar atrás, algo que nos enseña la historia de esos liderazgos solo promueven culto a la personalidad y no desarrollan una agenda a favor del progreso de una nación, por lo que tenemos que apostar por la institucionalidad porque un hombre su tiempo en la tierra es efímero como el de todos los mortales, en cambio las instituciones permanecen con las acciones de un conjunto de personas que piensan y trabajan en equipo y no en individualidades.

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Otro punto importante es el de las palabras, las promesas y acciones, como mencionó una ocasión el expresidente uruguayo Lacalle Herrera: “Hay que ser cortos en la promesa y largos en el cumplimiento”, o mi favorita, la homilía del papa Francisco en la que nos invita a pasar del binomio “hablar-hacer” al “escuchar, hacer, poner en práctica”, lo que nos sirve para una debida reflexión en lo que tenemos que hacer, hablar y prometer menos, escuchar, cumplir, hacer y poner en práctica lo aprendido.

Para este 2023 quiero apostar con todo el que lea el presente artículo, sea hoy, mañana o en un futuro próximo, que nuestra generación que está entrando en la política, si nuestra forma de ver la política se basa en un asunto de buenos y malos, iremos en un camino errado porque eso llega a convertir a las personas que piensen distinto a no ser considerado un adversario y se transformaría en enemigo, y se puede encontrar justificaciones bajo una pseudo-moralidad para perjudicar a sus opuestos.

Son puntos que tenemos que reflexionar para un año que nos llenará de proselitismo en las 4 esquinas del país, son puntos que se ven sencillos a la hora de leerlos, pero en la práctica es más complicado de lo que uno cree por la cultura que se ha ido fomentado desde tiempos inmemorables, pero esa misma cultura puede cambiar si lo proponemos en conjunto, deseo que las generaciones presentes y futuras mediten sobre el tipo de práctica proselitista deseamos predominante en nuestra cultura política.

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