Brexit: ¿Ahora qué?

Brexit: ¿Ahora qué?

Después del referéndum en Inglaterra es evidente, hasta para aquellos menos informados, que estamos en un momento sumamente delicado. En este artículo buscamos dar una perspectiva del daño económico que podría significar la salida del Reino Unido de la Unión Europea tanto para Europa como para países como el nuestro. Ciertamente, es fácil concluir que una situación como esta no podría afectar a los países latinoamericanos y del Caribe, pero ocurre que el pánico generado, luego de este ejercicio de democracia directa, resultó en una considerable salida de capital de mercados emergentes, que son relativamente más riesgosos, hacia inversiones más seguras como el título de deuda estadounidense o el oro, mineral cuyo valor se ha apreciado recientemente.

La situación descrita culmina en una devaluación de distintas monedas de mercados emergentes como el peso mexicano o yuan chino; agreguemos que la libra esterlina se desplomó. Esto es preocupante debido a que un dólar apreciado encarece el servicio de la deuda en la moneda norteamericana de los países latinoamericanos. Un artículo del Wall Street Journal señala que los bonos corporativos en dólares emitidos por los mercados emergentes (excluyendo bancos) amasan unos 1.15 millones de millones de dólares. Más aún, reduce la cantidad demandada de las materias primas exportadas por la región (las mismas cotizan en dólares) lo que perjudica las perspectivas de crecimiento de Latinoamérica y el Caribe en el futuro inmediato.

Por otro lado, China que, actualmente, está en medio de una transición económica compleja, podría verse afectada consecuencia de una reducción de sus exportaciones al Reino Unido, y por las cuantiosas inversiones que ha realizado en dicho país.

En general, los analistas están de acuerdo en que, a corto plazo, el efecto más palpable será el incremento de la volatilidad en los mercados financieros, fruto de la gran incertidumbre. De acuerdo con un reporte de The Economist Intelligence Unit, las condiciones financieras reflejarán primas de riesgos más altas para los prestatarios ingleses producto de la elevación del riesgo que perciben los inversionistas luego del referéndum.

Asimismo, las inversiones y contrataciones de las empresas se verán postergadas hasta que la salida del Reino Unido empiece a tomar forma. Es difícil que la nación de la Reina Isabel II pueda mantener las ventajas comerciales que tenía como estado miembro. Gracias al incremento de los costos de importación, la inflación aumentará, lacerando la demanda y la rentabilidad de las empresas inglesas. Por lo tanto, es posible que se pierdan empleos. The Economist proyecta una tasa de desempleo del 6% en el 2018, lo cual debilitará, aún más, la demanda privada ya que los hogares recurrirán al ahorro preventivo. Estos son los ingredientes de una recesión que también afectará a los demás países europeos, ya que Reino Unido es un consumidor importante de las exportaciones en una región donde la gran mayoría de los países son ahorrativos y enfrentan graves dificultades para incentivar el consumo y la inversión.

De hecho, Merrill Lynch revisó su proyección del crecimiento de la Unión Europea en 50 puntos básicos, de un 1.6% a un anémico 1.1%.

El gran problema radica en la dificultad que tienen los Bancos Centrales de la región para actuar. Generalmente, estas entidades constituyen la primera línea de defensa de una nación en aprietos económicos. Sin embargo, éstos poseen pocas o hasta ninguna herramienta para combatir los síntomas antes descritos, puesto que ya están en uso y los resultados, hasta ahora, no han sido los esperados.
Ante esta situación, los líderes europeos deben dejar a un lado sus diferencias y mostrar a una Europa unida.

Deben evitar a toda costa el contagio que ya se empieza a percibir en naciones como Holanda y Francia. Realmente, es difícil comprender la magnitud de este problema únicamente desde la perspectiva económica. En el próximo artículo, detallaremos el aspecto político de la situación europea y cómo el mismo puede desembocar en un mejor o peor resultado.

Investigador asociado:
Iván Kim Taveras.

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