Brexit impulsaría la venta de muchas empresas británicas

Brexit impulsaría la venta de muchas empresas británicas

La independencia de las multinacionales británicas podría correr peligro si colapsa la libra esterlina tras un voto por el Brexit.

De repente, las acciones denominadas en libras les parecerían baratas a los compradores armados con un puñado de dólares. Las empresas cuyos ingresos provienen en gran parte de afuera del Reino Unido -y por ende son menos vulnerables a un shock económico post-Brexit- podrían lucir como blancos atractivos y accesibles.

Grandes movimientos cambiarios pueden dar lugar a antiguas ideas de adquisición que, sea cual sea el motivo, no prosperaron anteriormente.

La reacción negativa de la libra esterlina a las encuestas que señalan que se votará abandonar la Unión Europea el 23 de junio sugiere que lo peor está por venir para la libra si los británicos realmente votan salir del bloque. Los banqueros de fusiones y adquisiciones podrían oler una oportunidad.

Una crisis de la libra esterlina no volvería baratas todas las acciones británicas para los compradores extranjeros.

La perspectiva de una recesión tras el Brexit reduciría el atractivo de las empresas con sede en Londres que obtienen la mayor parte de sus ventas en el Reino Unido.

Serían baratas por un motivo (una posible excepción podrían ser las concesionarias de energía eléctrica, cuyos flujos de caja estables y ligados a la inflación siempre resultan atractivos para los inversores en infraestructura).

La situación sería diferente para las compañías británicas con grandes operaciones internacionales. Para los postores extranjeros, éstas podrían resultar sencillamente baratas.

Estas fuerzas ya están en marcha. Poco después que la suiza Dätwyler presentara su adquisición de Premier Farnell por 792 millones de libras (US$1.100 millones) este martes, su máximo responsable dijo que la debilidad de la libra ante la incertidumbre por el Brexit volvió más atractivo su objetivo.

Casi el 68 por ciento de las ventas de Premier se realizan fuera del Reino Unido. Aunque la empresa estaba en el radar de Dätwyler hace tiempo, sin duda la moneda fue uno de los motivos por los que se realizó la transacción.

No es difícil hallar casos semejantes, muchos de ellos con una exposición internacional aún mayor. Piense en ARM Holdings, la diseñadora de chips y referente del sector británico de tecnología.

Un 93 por ciento de sus ventas proviene de América del Norte y Asia. O en Intercontinental Hotels, que como ARM conoce bien la especulación sobre ofertas .Cerca del 84 por ciento de sus negocios se hacen fuera de Europa. O en el fabricante de escáneres Smiths Group, que tiene un 95 por ciento de sus negocios fuera del Reino Unido y un 79 por ciento fuera de Europa y es otro objeto constante de rumores de adquisición.

La lista sigue. El grupo de servicios petrolíferos Weir y la exploradora de petróleo Tullow, el grupo de capital privado 3i, las empresas de servicios de construcción Wolseley y Ashtead. Hay una gran cantidad de compañías globales que cotizan en bolsas británicas y valen menos de US$20.000 millones.

En mercados verdaderamente eficientes, los flujos de ganancias internacionales de estas empresas tendrían un precio perfecto más allá de su moneda base. En la práctica, los sucesos que causan shocks tienden a afectar los precios de las acciones de manera bastante indiscriminada.

Por supuesto, por sí sola una caída de la libra no metería en el juego a una empresa británica.

El postor en cuestión ya tendría que haber considerado una transacción basada en una lógica industrial genuina. Pero en esos casos, el Brexit podría ser un catalizador.
Con el Reino Unido pensando que se ha independizado -aunque sus compañías perderían esa independencia-, ésta sería una prueba rápida del grado de apertura de los mercados del país tras el Brexit.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg LP y sus dueños.

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