BRIC: hacia un nuevo orden internacional

BRIC: hacia un nuevo orden internacional

El artículo del pasado lunes en el que resaltaba la presencia del BRIC como nuevo y destacado actor en el escenario internacional ha motivado diversas preguntas y cuestionamientos que me han inclinado a volver a tomar el tema en el día de hoy.

Sí, sin lugar a dudas, la presencia del BRIC – grupo de cuatro naciones cuyas iniciales le dan nombre: Brasil, Rusia, India y China – ya de por si nos muestra la nueva realidad de un mundo donde van surgiendo ejes que van proyectando una nueva realidad caracterizada por la construcción de un Nuevo Orden Internacional. Además, esos nuevos ejes político – económicos se perfilan con la suficiente fuerza para reclamar y hasta poner plazos para la concreción de acciones que serían parte de ese Nuevo Orden que ya el Movimiento de Países No Alineados – NOAL – había reclamado en fecha tan temprana como el decenio de los setenta.

Sin embargo, a pesar de que los NOAL son integrados por mucho más de cien naciones, la viabilidad de que pudieran abrirse paso sus reivindicaciones siempre parecieron lejanas mientras que las exigencias planteadas por el BRIC parecen no solo viables, sino cercanas. De ahí un ejemplo claro del poder que representan.

Componentes cruciales de ese Nuevo Orden son la democratización del sistema institucional internacional lo que implica la reforma de la ONU ampliando su Consejo de Seguridad e, incluso, llegar a la eliminación del poder de veto de que gozan los cinco Miembros Permanentes; reformar igualmente los organismos financieros internacionales redistribuyendo la capacidad de voto, llevar por un camino más equitativo el comercio internacional y, en general, reforzar el multilateralismo.  Asimismo, se han retomado aspectos básicos de alcance estratégico como reclamar un desarrollo socialmente justo para ese gran mundo dado en llamar, eufemísticamente, “en desarrollo”, reforzar la, hace más de treinta años proclamada y pronto olvidada, cooperación Sur – Sur, o lo que es mismo, los mecanismos  de cooperación entre los propios países “en desarrollo”. Exigen concluir la Ronda de Doha, foro negociador para rectificar anomalías en el comercio internacional y que se encuentra paralizado desde hace varios años. Apoyan, además, la creación de un Estado Palestino.

Yendo más lejos, han planteado ir dejando de usar el dólar en sus transacciones mientras que en el plano práctico acordaron la construcción de dos satélites espaciales con todo lo cual pretenden ir tejiendo una mayor independencia de los grandes centros de poder.

Junto al BRIC  ha surgido también el IBSA – India, Brasil y Sudáfrica – cuya proyección mundial es muy semejante, dos de esos tres están en el BRIC.  El hecho de que las Cumbres del BRIC y del IBSA se acaben de efectuar en Brasil es prueba de la creciente influencia del gigante sudamericano y de porqué Lula da Silva acaba de ser seleccionado como el estadista más influyente del mundo.

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