En proceso de expansión. En un escenario global caracterizado por confluencia de variables que apuntan a la conformación de un nuevo orden, los BRICS han devenido en un actor clave en la construcción de una nueva arquitectura geopolítica. Aunque el bloque no se plantea erigirse en una organización contestataria ha levantado agresivas objeciones de los grandes centros de poder fáctico que lo ven con un apeligro para el actual hegemonismo internacional.
La Cumbre a celebrarse en unos días tiene en agenda temas estratégicos tanto para la propia organización como el futuro de la humanidad. Un punto crucial será la incorporación de nuevos miembros afines que reforzarán su peso económico en influencia global diseñando un nuevo mapa político. Estarán presentes 71 naciones de las cuales 22 han solicitado su ingreso, lo cual llevaría la representatividad del bloque a casi 50% de la población planetaria y 35% del PIB global.
El presidente brasileño Lula da Silva, ante rumores internacionales que le achacaban rechazo a la incorporación de nuevos miembros, en burdo afán de crear dudas, ratificó que creía que era “extremadamente importante … permitir que otros países que cumplan con las demandas de los BRICS se unan a los BRICS. Desde un punto de vista mundial, creo que los BRICS pueden tener un papel, diría, excepcional. El influyente líder de los BRICS afirmó también que el Nuevo Banco de Desarrollo creado por el grupo tiene que ser “más eficaz y más generoso que el FMI, o sea, un banco existe para ayudar a salvar el país y no para ayudar a hundir el país, que es lo que hace a menudo el FMI” y servir al desarrollo de naciones pobres.
Otro punto crucial a tratar se refiere a los pasos a emprender para disponer de una moneda común y, mientras, tanto realizar operaciones en sus propias monedas para impulsar la desdolarización global ante las amenazas que representan la tendencia unilateral a la aplicación de sanciones y la elevación de la tasa de interés de la FED estadounidense.
Un aspecto estratégico a resolver son las diferencias entre la India y China, un importante desafío al presidente Xi Jinping quien, recientemente, ha mostrado capacidad conciliadora diplomática a nivel global.