Brisas:De canquimanía a canquifobia

Brisas:De canquimanía a canquifobia

La canquiña es un dulce que viene en una atractiva envoltura de rayas multicolores y es muy agradable para los infantes y adultos.
Por su asociación con los niños se denominaron canquiñas varios parques del área metropolitana de Santo Domingo y quizás por ese mismo motivo Canqui fue el nombre artístico que para encarnar el personaje de payaso adoptó Kelvin Francisco Núñez Morel, quien, además, animaba un popular programa de televisión llamado “Canquimanía” en Santiago de los Caballeros.
Pero las cosas no son tan dulces y coloridas ahora para Canqui, pues enfrenta cargos judiciales por alegado abuso y seducción de menores. Quienes lo acusan son ya personas adultas que, según explican, en su época de infantes trabajaron para el personaje mencionado y, por vergüenza y temor, no se atrevieron a hablar antes.
Se trata de denuncias muy graves que, de comprobarse su veracidad, podrían acarrear muchos años de cárcel para el imputado a quien probablemente se le sentencie a alguna compensación económica. Pero nada de eso resarciría los daños causados, porque las víctimas quedan marcadas para toda su vida. Y habría que averiguar si entre el elenco actual también hay víctimas.
Los infantes son seres muy vulnerables y es en esa época cuando se forma lo que será el futuro hombre o mujer. Por eso, en 1948, la Organización de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos del Niño, que es el conjunto de normas jurídicas que los protegen.
Ojalá que este caso no se diluya y la sociedad le dé seguimiento, porque la justicia está en el deber de comprobar la veracidad de los hechos y Canqui, si lo es, demostrar que es inocente.
Además, la situación representa un descrédito para los payasos porque los padres, las instituciones y las empresas no querrían poner en sus manos la animación de las actividades infantiles.
Los niños necesitan recuperar la confianza, porque se les está privando de las cosas que componen su mundo. ¡Necesitamos a los payasos! Por eso es urgente un juicio imparcial para que no pasemos de la “canquimanía” a la “canquifobia”, o, para decirlo de manera más real, a la payasofobia.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas