Bajo el lema “Agua y Desarrollo Sostenible” el próximo domingo se conmemora el Día Mundial del Agua. Es una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 22 de diciembre de 1993.

El propósito de este año es fomentar la reflexión sobre cómo el preciado líquido es fundamental para las tres dimensiones del desarrollo sostenible: social, económica y ambiental.

Asimismo, quiere que pasemos de un enfoque sectorial a uno multidisciplinar, que permita captar las interconexiones que existen entre la alimentación, la energía, la salud, el comercio y el medio ambiente.

Y es que el agua lo es todo y por eso debemos poner nuestro grano de arena para cuidar ese tesoro tan preciado. En el país cada vez se hace más evidente el deterioro de las cuencas acuíferas, debido al uso irracional que hacemos del agua y de las fuentes de producción de la misma, como los árboles.

Asimismo, una gran cantidad se desperdicia porque hacemos uso irracional de esta fuente de vida y de la cual carece tanta gente, aquí y en otras partes del mundo.

Todavía hay tiempo para que en las escuelas y en otros espacios se hagan actividades de concientización acerca del agua, como dibujos, composiciones, poesías, exposiciones, excursiones a ríos y a lugares críticos donde sea necesario hacer una labor de rescate.

Los padres también deben hablar con los hijos acerca de la importancia del agua y lo mismo debe hacerse con el personal que trabaja en labores de limpieza. Pero la acción debe empezar con nosotros mismos que debemos dar el ejemplo. Tal y como reza el lema de este año, tenemos que estar convencidos de que el agua juega un papel trascendental en el desarrollo sostenible en su triple dimensión: social, económica y ambiental. Y como decía el amigo Pedro Justiniano Polanco: “El agua es vida, no la desperdicie”.