BRISAS: Mateo Morrison

BRISAS: Mateo Morrison

Si hay una amistad de la que me siento orgullosa es la de Mateo Morrison, este excelente escritor sencillo, solidario y trabajador incansable de la literatura.
Lo conocí al final de la década de los años 70, cuando ingresé como empleada a la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
En esa academia él dirigió por más de dos décadas el departamento de Cultura, que primeramente se llamaba de Extensión Cultural, desde donde realizó una vasta labor de difusión de la literatura, como el Taller Literario César Vallejo, Los Jueves de la Cultura, la revista Extensión y el Encuentro de Escritores Pablo Neruda, entre otros espacios.
Como escritor, es uno de los autores más prolijos; Mateo tiene una amplia obra poética, aunque incursiona en otros géneros como el ensayo y la investigación literaria.
No hay actividad que tenga que ver con la literatura donde él no esté presente, tanto en el país como en el extranjero, siempre dando a conocer sus vivencias, siempre aportando, cuando no es que la esté organizando.
Ha ocupado diversos cargos en el hoy Ministerio de Educación y en el de Cultura, donde, incluso, fue viceministro.
Por sus grandes méritos, recibió el Premio Nacional de Literatura, el más alto galardón que se otorga a un escritor aquí y ha recibido numerosas distinciones, la más reciente del Senado de la República Dominicana.
Sin embargo estoy segura que uno de los honores que más le satisfacen es el que a diario recibe de sus hijos, quienes lo admiran, como lo testimonia el mensaje que escribió su hijo Milton el pasado domingo que destaca “sus valores, principios, sentido de responsabilidad, acompañamiento, protección, y consejos para todos mis hermanos y para mí”.
Y agrega: “Mi padre es un hombre grande en todos los sentidos, muchos le reconocen sus aportes a la literatura, a la cultura, y sus dotes humanos y solidarios, pero yo que lo conozco desde que abrí los ojos en esta tierra les digo que lo mejor que él ha sido es ser padre”.
Para mí, no hay nada que me satisfaga más que encontrarme con él en las actividades y ya el Festival de Poesía en la Montaña nos ha hecho familia. Mateo: eres una gran reserva, como escritor y como persona.

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