Es muy loable que las familias y los propietarios de prósperas empresas se interesen por dejar a la sociedad legados culturales y de otra índole, porque eso es parte de su responsabilidad social corporativa.
En el caso específico de obras culturales, tenemos, por ejemplo, el Museo de la Porcelana, ubicado en la calle José Reyes de la Zona Colonial, que es un aporte de la familia Vicini para dar a conocer todo lo relacionado con ese arte milenario. En Santo Domingo tenemos también el Museo Bellapart, un espacio consagrado al arte en el cual reposa una importante muestra de la plástica en nuestro país desde sus orígenes, y parte de la historia de la misma. Allí se realizan exposiciones, cursos, talleres, y otras actividades vinculadas. Esta es una obra de la familia Bellapart, propietaria de la Agencia Bella, donde está instalado.
En Santiago está en Centro León, un estandarte de la cultura dominicana y caribeña, que constituye un punto de encuentro y espacio para la facilitación del intercambio entre la comunidad, los artistas y las actividades culturales y artísticas. Sus creadores son los integrantes de la familia León Jimenes, quienes permanentemente hacen importantes aportes a la sociedad. En Bonao, el Centro de Arte Cándido Bidó es otra manifestación del amor de un artista por el pueblo que lo vio nacer y esperamos que su labor continúe desarrollándose tal y como esa gloria del arte lo concibió, ahora que ya no está entre nosotros.
La semana pasada vio la luz el Centro Cultural Perelló, en Baní, que está llamado a convertirse en el faro de luz de esa importante provincia de nuestro país, y al que desde ya le auguramos muchos éxitos. Nos alegra sobremanera este aporte de una familia que produce el café que más consumen los dominicanos, el Induban. Nuestras felicitaciones. Ojalá que otros empresarios los imiten.