ROSA FRANCIA ESQUEA
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Aunque no se sabe con precisión el número de las víctimas de la tormenta Noel, el sentido común nos dice que pasan de una centena.
Para dar una idea de la magnitud de la tragedia ocurrida, una amiga me dijo: la separación de mi esposo, con el llevaba 30 años de casada, no me afectó tanto como las consecuencias de la tormenta Noel.
Eso quiere decir que aunque todavía no se ha dictado ningún decreto en ese sentido, los dominicanos estamos en duelo, sentimiento que perdurará en nuestros corazones no sé sabe hasta cuando.
El fenómeno atmosférico ocurrió en la antesala de la Navidad; sin lugar a dudas eso se reflejará en las celebraciones que se hacen con ese motivo.
Ya escuché decir que una institución que realiza su tradicional fiesta dedicada a sus afiliados no la va a hacer este año; por dos razones muy vinculadas: por un lado, la tragedia, y porque los colaboradores de seguro también habrán dado sus aportes para los damnificados y no es justo cargarlos con más solicitudes de donaciones.
Esas y otras razones nos exigen prudencia este año; no es justo incurrir en el derroche acostumbrado cuando hay tantas personas necesitadas; además, debemos ser solidarios con las personas que están llorando sus familiares fallecidos.
Igualmente, debemos tomar en consideración que las siembras de muchas zonas del país quedaron devastadas, que muchos artículos de la canasta familiar incrementarán sus precios y que debemos ser cautelosos con los gastos.
De manera que, tal y si fuera un slogan, podríamos decir: austeridad en Navidad.