ROSA FRANCIA ESQUEA
rosafranciaesquea@gmail.com
El mundo cristiano celebra hoy la fiesta más grande: la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Todo este tiempo de Cuaresma ha sido una preparación para este día, que constituye el más auténtico testimonio del triunfo de la vida sobre la muerte, protagonizado por Jesús, el Salvador.

Quiero aprovechar esta columna para llevar a los  lectores de Brisas las felicitaciones más sinceras y que este tiempo sirva para que todos y todas resucitemos a una nueva vida en la que los buenos propósitos se materialicen. Dejemos de lado todo aquello que nos limita o que nos afecta negativamente, tanto en lo personal como en nuestras relaciones con los demás.

También quiero extender mi más cálido reconocimiento a la Comunidad Siervos de Cristo Vivo, fundada por el inolvidable y santo  padre Emiliano Tardif, por ese magnífico retiro que año tras año realiza en el salón multiuso del colegio Loyola, en el Centro de los Héroes, los tres primeros días de La Semana Mayor.

Yo asisto a estos retiros desde hace unos cuantos años, y puedo decir que los participantes salen de allí renovados espiritualmente.

Las conferencias son dictadas por personas de mucha calidad; además, se hacen oraciones de sanación tanto física como interior y los testimonios en ese sentido son sumamente conmovedores.

Además, hay una excelente organización y  todo lo que allí se brinda es  de mucha calidad.

Así que, felicitaciones a todo ese equipo de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo de la parroquia La Anunciación por ese trabajo tan hermoso que están haciendo a favor de la extensión del Reino de Dios  aquí en la tierra.