BRISAS
En el  Día del Maestro, gracias a Ruth  Nolasco

<STRONG>BRISAS<BR></STRONG>En el  Día del Maestro, gracias a Ruth  Nolasco

Mañana es la fiesta oficial del maestro; y digo oficial, porque casi en ningún centro educativo hay actividades ese día, pero creo que tanto en el hogar como en escuela se deben reforzar los sentimientos de cariño hacia los educadores, porque se lo merecen.

Yo, particularmente, guardo muy buenos recuerdos de muchos de mis profesores, especialmente de Ruth Nolasco, en el Instituto de Señoritas Salomé Ureña,  porque me enseñó a estudiar y a investigar, pues en sus clases no se limitaba a abordar un tema, sino que nos motivaba  a profundizar en el mismo. Además,   fue exigente con sus alumnas (imagino que todavía lo es porque  se mantiene en la  cátedra universitaria), pero con ella aprendíamos.

Fue  ella quien me sugirió que estudiara la carrera de periodismo, porque observó que tenía inclinaciones hacia las letras. A lo mejor ni se acuerda de eso, pero yo no lo olvido;   no se imagina cuánto le agradezco ese consejo, porque sirvió para definir mi verdadera vocación.

A menudo converso de ella con Emely Tueny y hemos llegado a la conclusión de que es una de las mujeres más capacitadas y sobresalientes que tenemos en nuestro país, pero eso ha pasado inadvertido,  porque Ruth  mantiene un bajo perfil  y pienso que actúa así porque es una religiosa consagrada: primero fue altagraciana  y  después pasó a la congregación  filipense.

Pero quiero aprovechar que mañana es el Día del Maestro (y de la Maestra) para decirle a Ruth que le  agradezco su orientación,  que le profeso un gran afecto,  que reconozco que es  una de las mejores maestras que he tenido y que es una dominicana de gran valor que ha aportado mucho a la causa de la educación.

¡Te felicito  Ruth, y ti a todas las maestras y maestros que ejercen su profesión como un verdadero apostolado!

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