Maestro es un término que en el Diccionario de la Real Academia  Española de la Lengua tiene significado diversos.

 La primera de ellas  expresa que es lo “Dicho de una  persona o de una obra: De mérito relevante entre las de su clase”. La  segunda definición  dice que es la “Persona que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo” y aquí es prácticamente sinónimo de profesor.

También se le da es el tratamiento  de maestro a quien es  práctico en una materia y la enseña con desenvoltura y los que han  obtenido el grado de maestría.

 Nos interesa aquí conjugar aquí las dos primeras acepciones porque mañana es el Día del Maestro en el país  y la fecha fue establecida para honrar a  los que ejercen la profesión docente y de manera especial quiero rendirle un  homenaje.

Las primeras gracias son  a mi mamá, Teófila Esquea (EPD), porque ella me enseñó las primeras letras. Me alfabetizó en casa, allá en El Pino, La Vega, de donde soy oriunda. Todas las mañanas después del desayuno, libro, cuaderno y lápiz en mano, religiosamente ella se daba a la tarea de enseñarme. A decir verdad, no era una actividad grata para mí, pues yo lo que quería era el can de la escuela, pero no me aceptaban porque era muy pequeña.

Recuerdo que un día escondí los materiales debajo de la cama y le dije que no sabía dónde estaban: Su respuesta  fue: “si lo has escondido y los encuentro te voy a dar una pela”. Los encontró…. Pero esa dedicación hizo que cuando por fin pude inscribirme no fuera a primera grado, sino a segundo.

Después de ella han pasado muchos maestros y maestras por mi vida y de todos guardo un bonito recuerdo. Algunos, como Ruth Nolasco, me ayudaron a definir mi profesión; otros, como Juan Báez de la Rosa, Yolanda de Perdomo, Rosa Nelly de Evangelista, Cristina Díaz, Manuel Baldeares,  Amalia Ramírez, Rosa de Fersobe, Ana Teresa Pereyra Ariza, Telma Camilo.