En los últimos días he asistido a dos importantes actividades vinculadas con la gente menuda. La primera de ellas fue el pasado jueves, cuando tuvo lugar la entrega de la segunda versión del concurso de literatura infantil y juvenil El barco de vapor, organizada por Ediciones SM. Esta prestigiosa empresa editorial está realizando una encomiable labor en beneficio de la educación, y del desarrollo de la creatividad literaria en los países donde opera.

Recibí una inmensa satisfacción porque precisamente el ganador de este año, con la novela De cómo Uto Pía encontró a Tarzán, fue el querido amigo Rafael Peralta Romero, de quien hablé recientemente en esta columna a raíz de la segunda edición de su libro de cuentos Punto por punto.

El viernes estuve también en otra hermosa actividad, organizada por la Fundación Visión Laboral, y presidida por la diputada Digna Pacheco.

Se trató de la tercera entrega de premios correspondiente al concurso Conozco mi país, aprendo jugando, que está dirigido específicamente al estudiantado de los centros del Distrito Escolar 15-04 del Distrito Nacional.

Fue muy estimulante encontrarme con tantos niños y niñas que plasmaron en trabajos escritos, maquetas y pinturas su visión e investigaciones acerca de la batalla del 19 de Marzo; el medio ambiente y los recursos naturales, y género y violencia intrafamiliar.

Este acto se realizó en el Club Arroyo Hondo con una masiva asistencia de escuelas públicas y de colegios.

Los niños ganadores recibieron medallas y numerosos regalos que incluían bicicletas, computadoras y otros efectos electrónicos. También hubo becas para estudios de inglés, informática y pintura.

Quiero felicitar sinceramente tanto a Ediciones SM como a la Fundación Visión Laboral por la labor que hacen en pro del desarrollo intelectual y social de nuestros niños y jóvenes.