Brisas
Ética, noticia y prejuicios

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El otro día en un supermercado  leí un aviso mediante el cual solicitan jóvenes como empacadores y  entre los requisitos estaban  que los candidatos no tuvieran  perforaciones en las orejas (Imagino que tomarán en cuenta también otras partes del cuerpo)  ni tatuajes en lugares visibles.

Estoy de acuerdo con que el hábito no hace al monje. Un joven puede llevar un tatuaje,  un  arete,  o el pelo largo porque le gusta, por imitación, o por estar a la moda.  Yo conozco muchos casos así, pero se debe tener cuidado porque detrás de esos símbolos subyacen cosas ocultas que muchas veces los jóvenes están promocionando sin darse cuenta.

Otros  llevan ciertos símbolos conscientemente,  porque responden a una cultura, o están en grupos que así lo requieren, como  los que pertenecen a sectas satánicas, que una gran mayoría de los dominicanos rechaza por su tradición de pertenecer a un pueblo católico. Traigo esto a colación porque recientemente ocurrió un asesinato y entre periodistas y no periodistas causó gran revuelo la cantidad de tatuajes,  de aretes  y de otros símbolos que tenía la víctima; era evidente que hacían alusión a Satanás. Algunas personas hurgaron en el Internet y en ese sentido encontraron páginas comprometedoras que luego fueron borradas.

Y ocurrió que muchos comunicadores llegaron a resaltar  más estos signos que  la forma cruel en que murió el joven. Pero también quienes  no estaban de acuerdo con ese manejo de la noticia desataron una presión psicológica contra los que  procedieron así. Y se creó confusión entre quienes entienden que el periodista debe decir toda la verdad  y los que sostienen  que debe  existir cierto nivel de delicadeza para manejar los asuntos concernientes a la víctima. ¿Por qué  nadie reclama cuando es el criminal el que lleva toda una carga de signos negativos? Entonces, como lo habitual es que eso no se dé en la víctima, en el caso que nos ocupa  hay  noticia, queramos o no,  porque noticia es lo no habitual. Debe, entonces,  existir un balance entre lo que es noticia y  qué es sensacionalismo, sin obviar la verdad.

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