Cuando escribí, conjuntamente con la colega Altagracia Moreta Féliz, los perfiles para el libro de la Medalla al Mérito de la Mujer, periodo 2001-2004, fue una inmensa satisfacción que me tocara trabajar a Jeannette Miller, quien fue galardonada en el año 2003.
Sin embargo, es a partir de ahí que ha llovido en la vida de esta escritora, digna representante de nuestras letras y las de América.
Nuevos aportes bibliográficos y de otra índole se han sumado a los que la hicieron merecedora de la Medalla al Mérito de la Mujer. Ahora Jeannette acaba de ser designada para recibir el gran Premio Nacional de Literatura, dotado de un millón de pesos, que otorga la Secretaría de Cultura y la Fundación Corripio a su obra de toda una vida.
Ya con anterioridad habíamos disfrutado con el premio Eduardo León Jimenes que se le otorgó en el marco de la Feria Internacional del Libro 2007 por su ensayo Importancia del contexto histórico en el desarrollo del arte dominicano.
Luego, su libro A mí no me gustan los boleros, editado por Alfaguara, fue distinguido con el Premio Nacional de Cuentos, el año pasado.
Pero a su vasta labor literaria hay que añadir otras aportaciones que hacen que Jeannette sea una gran investigadora que, además, se ha preocupado por difundir la obra de otros escritores, y bajo su cargo han estado las ediciones de sus libros como fue el caso de doña María Ugarte.
También pertenece al Plan Nacional de Pastoral y, de manera anónima, como cristiana ha hecho grandes contribuciones en su calidad de escritora, e incluso tengo conocimientos de que también lo hace con recursos económicos.
Realmente, no puedo reunir en esta columna toda la vida y trayectoria de esta querida amiga. Sólo me resta felicitarla de todo corazón por este merecido galardón que ya la sella de manera definitiva como una de nuestras grandes escritoras.