Cada vez que oigo a los políticos “tirarse las cajas y los cajones” me lleno de tristeza. Muchos dominicanos, sobresaturados por la ola de violencia que arropa al país y que es motivo de preocupación para muchos sectores, quisieran que  la campaña electoral trajera un poco de  sosiego.

Me da pena oír a los dos candidatos de los partidos mayoritarios echarse “piropos” mutuamente, uno tomando como base lo que el otro hizo o  no hizo cuando fue gobernante,  y el segundo haciendo otro tanto, pero ya no tomando como referencia lo que hizo el primero, porque nunca ha sido presidente, sino las ejecutorias de su partido, que sí ha estado en el poder en tres oportunidades.

Me parece que llevaría mucha tranquilidad a la familia dominicana una campaña basada en el respeto mutuo,  en la que cada candidato  presente sus propuestas de gobierno  y  el pueblo tenga la oportunidad de analizarlas con calma y escoger libremente.

Tampoco me parece prudente que los activistas de los partidos traten de ganar militancia en base al chantaje emocional, buscando hacer sentir mal al otro porque pertenece  o simpatiza con determinada corriente política.

¡Que haya respeto al libre juego de las ideas! Eso no quita que se trate de convencer al otro, pero hablando de lo bueno de su agrupación y  sobre todo, siendo honestos, no acudiendo a la compra de conciencia para atraer votos. Otra mala práctica que se debe desechar es la  de retener cédulas a cambio de unos pesos o de otros regalos, aprovechando la ignorancia y necesidad de muchos dominicanos.

Por la salud mental de los dominicanos, ¡tengamos una campaña electoral en paz!