Este lunes es un día muy especial para los niños y niñas porque los visitarán los  Reyes Magos y dejarán sus regalos.

Esta fiesta es la fiesta de la ilusión porque no importa la situación económica de las familias: los Reyes siempre tendrán algún  presente para la gente menuda.

Aunque en menor grado, todavía se mantiene la expectativa de qué será lo que recibirán los niños y niños y si se han portado lo suficientemente bien como para que merezcan la visita de Gaspar, Melchor y Baltasar, que es como la tradición popular ha denominado a estos personajes que, según las Sagradas Escrituras, guiados por un a estrella fueron  a llevar sus regalos al Niño Dios luego de recibir en sueños la noticia de que había nacido.

En mis primeros años de  infancia  mi madre me vestía con  una pijama  recién lavada para que los Reyes me vieran con ropa de noche limpia. Claro, ya previamente había buscado la yerba que dejaría debajo de la cama junto con  una cartita.

En honor a la verdad, casi nunca era complacida con lo que pedía, pero siempre me sentía contenta con los regalos que recibía.

Recuerdo que un día le dije a mi mamá algo que venía pensando desde hacía algún tiempo: que no parecía que fuera cierto que los Reyes bajaran del cielo y de  manera invisible penetraran en las casas para dejar juguetes.

La respuesta de ella fue que si  volvía a repetir eso los Reyes jamás me dejarían nada.

Desde luego, eso fue suficiente  para que continuara creyendo.

Hoy las cosas han cambiado, pero no deja de ser agradable que la niñez haga de la festividad de los Reyes Magos la fiesta de la ilusión.