Brisas
La Nueva Gramática y el lenguaje feminista

<STRONG>Brisas<BR></STRONG>La Nueva Gramática y el lenguaje feminista

Imagino que las feministas no están contentas,  porque la Nueva Gramática de la Lengua Española, editada recientemente por la Real Academia de la Lengua,  no acoge  lo que se llama “lenguaje de género”.

Por diferentes vías me ha llegado un correo  de Carlos G. de Castro Expósito, que  trata precisamente sobre  el particular.

En efecto,  varios miembros de la Real Academia  de la Lengua fijan  su postura  sobre el particular a través de medios de comunicación de España.

Desde luego, esa postura es la que prevalece en la nueva edición de la Gramática, que no se editaba desde el año  1931.

Por ejemplo,  no se admite que género sea igual  a sexo, por eso rechaza de plano el llamado “lenguaje de género”: “Las personas no tenemos género,  tenemos sexo” –afirma uno de los especialistas–. Por eso no se debe decir ‘violencia de género’, sino que lo correcto es violencia sexual o violencia doméstica”.

A juicio de esos académicos,  no se debe decir, por ejemplo, miembros y miembras, ciudadanos y ciudadanas, niños y niñas, compañeros y compañeras y tampoco admiten el uso de la arroba (@) para  agruparlos en ambos sexos, por cuanto la arroba no es una letra, sino un símbolo.

En resumidas cuentas, prevalece el lenguaje masculino –machista–, dirían las feministas.

Particularmente,  tiendo a usar en muchos casos el lenguaje de género, como lo hacen los políticos y  la Iglesia,  entre otras instancias, aunque no niego  que a veces me resulta pesada la reiteración.  Pero estoy totalmente de acuerdo con las feministas en que   ese lenguaje es una forma de discriminación hacia la mujer.

No se olvide que la mayoría de los integrantes de  la Real Academia de la Lengua  son hombres.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas