Uno de los problemas que están afectando gravemente a la sociedad dominicana es el de la paternidad y la maternidad precoz.
Efectivamente, basta ir a uno de los hospitales de maternidad para darse cuenta de la gran cantidad de jóvenes y adolescentes embarazas, paridas, o que ya son madres desde hace algún tiempo.
Y también hay un buen número de jovencitos que son padres a temprana edad y que la mayoría de las veces no asumen sus funciones, quizás debido a su inexperiencia. Esa es una de las razones por la cual tantos niños se hacen delincuentes a temprana edad, pues no tienen unos padres responsables que les den la debida formación moral.
El otro día leí en un periódico la noticia de que una joven de 23 años, madre de tres niños, se suicidó. Tomo la decisión de ahorcarse por la depresión que le afectaba debido a que su marido estaba recluido grave en un hospital a causa de un accidente automovilístico.
El hecho me puso a pensar en el grado de inmadurez de esta joven. Por esa razón se quitó la vida en un acto desesperado sin medir las consecuencias que su acción acarrearía a sus niños, a su marido y al resto de su familia.
Si el padre no muere debido al accidente, posiblemente caiga en una depresión mayor al saber la noticia, y los abuelos tendrán una carga que no estaba en sus planes: asumir el cuidado, no de un niño, sino de tres.
He oído en repetidas ocasiones que uno se prepara para muchas cosas, menos para ser padre, que es una tarea para toda la vida.