Aunque mayoría de las redes sociales son para personas adultas, nada puede impedir que los menores mientan con respecto a la edad en el formulario que les muestran y que deben llenar para acceder a ellas.

Una vez ya suscritos, están expuestos a recibir una carga considerable de basura, tanto en textos como en fotografías.

La verdad es que hay muy poco control de los padres acerca de lo que hacen sus hijos menores en la Internet, porque muchas veces ellos están ausentes, en el trabajo, y otras, los niños van a los centros y allí no tienen ninguna supervisión.

Hay personas cuyo único oficio es desnaturalizar las funciones de las redes sociales, como Facebook, y se dan a la tarea de manipular fotos y llenarlas de mensajes pornográficos que envían a las cuentas de los usuarios y no respetan a los niños, tanto para usar sus fotografías, como para etiquetarlas con textos indecentes y enviárselas.

Los menores, de su parte, sienten  curiosidad hacia esas cosas morbosas y si bien quizás ellos no tengan que ver en su reproducción, sí las acogen con beneplácito y cargan esas páginas de todo tipo de comentarios.

Eso lo pude comprobar recientemente con las páginas de niños de mi comunidad, después que tengo una cuenta de Facebook.

Y me preocupa grandemente, porque veo el peligro que eso representa para los niños de mi país, donde están creciendo en una atmósfera en la que los valores son muy negativos.

Yo alabé el esfuerzo que hizo el Indotel con la campaña “Internet Sano”, pero creo que son pocos los niños que le han hecho caso.  Vamos a ver si los padres y madres dejan la apatía y dedican un poco de su tiempo para supervisar lo que sus hijos ven en la Internet.