Brisas
Los villancicos me deleitan

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Primero  los villancicos eran canciones profanas de origen popular armonizadas a varias voces. Luego, comenzaron a cantarse en las iglesias y a asociarse específicamente con la Navidad.

Por esa razón,  con ese término se denomina   un género de canción cuya letra hace referencia a esta fiesta con que conmemoramos el nacimiento del Niño Jesús.

Si algo me fascina para esta época  es escucharlos. Tengo muy bellos recuerdos de mi infancia cuando estaba en el colegio. Siempre los cantábamos, pero también ahora, cada vez que tengo la oportunidad no dejo de deleitarme con ellos. Por ejemplo, la noche del pasado lunes, antes de acostarme, busqué un disco que tengo del Coro de la Catedral,  y la verdad que escucharlo fue un verdadero descanso espiritual. 

Cada 25 de diciembre esta agrupación,  dirigida por José Delmonte,  hace un precioso concierto que luego graba y  se vende al público. En muchas iglesias también tienen programadas veladas de villancicos para estos días.  No sé si todavía lo hace, pero la soprano Ivonne  Haza tenía un tradicional concierto todos los años que lo llevaba a diferentes lugares. Y es muy gratificante dejarse envolver por canciones como “Noche de paz”, “El tamborilero”, “Arre burriquito”,  “El burrito sabanero”, “Adeste fideles”, “Blanca Navidad”,  “La marimorena”, “Los campanilleros”,  “Ya viene la vieja”, “Llega la Navidad”, “Pastores a Belén”, “Campana sobre campana”, “Fun, fun, fun”,   “Alegría, alegría, alegría”, “Cantemos a María”, “Al mundo paz”, “Campanas de plata”, y otros.  Uno de mis  favoritos es “Navidad, luz del mundo”, del fallecido maestro dominicano Manuel Rueda, quien también compuso otros muy bellos.

Antes era muy común que los pusieran en programas de música española, pero también había emisoras que los colocaban a menudo, como Radio Tricolor;  en la actualidad  se escuchan  en las emisoras como Radio ABC, Vida FM, La Voz de María y  otras.

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