Hablaba recientemente con una persona que trabaja en la Academia Dominicana de la Lengua y le externaba mi preocupación  por el lenguaje utilizando  en el denominado chateo, en el cual las palabras se escriben atendiendo al sonido, en muchos se obvian la vocales, como si se tratara de taquigrafía.

Por ejemplo,  no se escribe que, sino k; las consonantes se cambian por otras que suenan igual, como la ll por la y.

Esa persona me decía que un catedrático miembro de la Academia realizó un  estudio en escuelas y que el resultado fue que esa forma de escribir no influye para nada en su desenvolvimiento en las aulas, que ellos allí hacen la cosa de manera correcta.

Me tranquilizó en parte, y espero que sea así, que esa jerga que se usa para el chateo no influya en las actividades y en la vida de los muchachos.

Pero deberíamos hacer una campaña para evitar que se siga dañando el  lenguaje en el uso del internet, porque muchas veces veo en los comentarios que hacen de las noticias de los periódicos o de los blogs que se escribe de esa manera incorrecta y eso de alguna manera tiene que influir negativamente en los lectores.

Por ejemplo, cuando yo recibo correos para Tinmarín, la revista infantil del periódico Hoy que está bajo mi responsabilidad, y usan esa forma de expresarse  inmediatamente lo contesto y le digo a quien  sea que debe escribir correctamente.   A veces son los niños y otras veces son adultos que escriben así.

Palabras viciadas las encontramos en todas partes, aun en los mismos planteles escolares y eso mueve a preocupación.

Con la publicación de esta columna en el día de hoy quiero exhortar a mis lectores a que tratemos de hablar y de escribir correctamente porque eso refleja una buena formación y además contribuimos a preservar el idioma, una labor por demás necesaria.