Nuevamente las familias dominicanas se enfrentan con  el problema del cambio de los libros de textos, principalmente en los colegios de clase media.

Quiere decir que si un niño va al curso en que estaba su hermanito el pasado año, no puede hacer uso de los libros, con la consecuente repercusión negativa en la economía del hogar.

Otro problema es que muchos  libros son a la vez textos y cuadernos de ejercicios, y los niños tienen que rayarlos a lo largo del año escolar, lo que imposibilita  que sean reusados.

Con respecto a lo primero, existe una resolución de la Secretaría  de Educación que regula el uso de los libros de texto por cinco años; por lo menos si no la hay había una intención de hacerlo.

Ahora, con las  modificaciones que han hecho al calendario escolar, las familias han de pagar prácticamente todo el año. Antes, no se pagaba julio y agosto; en algunas escuelas hay que pagar el mes de julio y los alumnos que tienen pruebas nacionales  deben hacerlo el año entero; incluso, hay casos en que el último mes se paga con la inscripción. Eso también afecta a las familias, pues no tienen un respiro que les permita un  ahorro por vía del no pago de alguna mensualidad.

Los niños van muy entusiasmados a las aulas, cuando inicia el año escolar,  les gusta ir con todo nuevo, pero no saben los grandes sacrificios que hacen sus padres para eso. A veces, hay que pagar transporte, que no es barato, más todo lo demás que se le agrega a lo largo de todo el año.

Los que tienen hijos en colegios  son  los más afectados, pues a los  estudiantes de las escuelas públicas, en muchos casos, les regalan o prestan los libros. 

También, los padres deben reclamar en los colegios pues muchas veces allí se venden los libros y uniformes, lo que sale más costoso y eso se ve como un negocio para los dueños. Es bueno que de una vez y por  todas se piense un poco más en los padres de familia.