Los padres deben  inculcarles  a los hijos la disciplina desde pequeños. Hoy en día hay muchas modalidades ajenas a nuestra cultura que copian los muchachos y a veces  papá y mamá ni cuenta se dan. Otras veces  las cosas son más visibles.

Ahora mismo está muy en boga que los muchachos anden con los pantalones bajitos, con la correa en las caderas y dejando ver los pantaloncillos. No sé si será cierto, pero vi por el internet que esa fue una costumbre que se originó en cárceles de Estados Unidos como una forma de los internos pedir sexo.

Las niñas también hasta pierden la belleza de su figura usando también pantalones que llegan muy por debajo de la cintura y dejan ver  donde “la espalda pierde su honesto nombre”.  Cuando eso ocurre es muy difícil impedir que los hombres no les falten el respeto.

Pero hay también otros signos más peligros que pueden indicar si el chico está en bandas de delincuentes, satánicas o en drogas.  Por ejemplo, usar en los  tobillos diferentes tipos de nudos; andar con un rosario al que le afinan la punta del crucifijo y le ponen cuernos,  dibujarse en los dedos índice y pulgar hojas de drogas o ponerse entre ellos un tatuaje, usar la correa abotonada al lado, no al centro.

También, es mala señal dibujar  grafitis en la casa, porque eso puede ser una señal de identificación. Una forma de los muchachos iniciarse en bandas es dándole un pescozón a otro, porque atreverse a eso es una forma de demostrar que están aptos para pertenecer a una banda.

Los padres deben estar ojo avizor con esas señales, darles amor a los hijos porque el argumento que ellos utilizan es que en las bandas  encuentran el cariño y apoyo que no tienen en su hogar.  Pero sobre todo, vivir en armonía familiar, practicar la fe  e inculcarles valores porque así es casi imposible que los muchachos se descarrilen.