Los periodistas que desarrollan su labor con honestidad,  investidos de la vocación de servicio a que están llamados, están expuestos a sufrir momentos de dificultades, de pruebas y también, en ocasiones, reciben satisfacciones.

En esta semana hemos visto con  alegría  a tres   colegas que, sin   lugar a dudas, están felices.

Asistimos  a la Cámara de Diputados al homenaje que le tributó ese organismo a las colegas Susana Morillo y Pía Rodríguez,  la primera considerada como la decana de la prensa social y la segunda pionera en la producción de programas de panel y en la cobertura de eventos políticos, económicos y de otra índole que sólo estaban reservados para hombres, ella tiene más de 40 años de ejercicio profesional.

Otra  figura de la comunicación, Cándida Ortega, acaba de publicar su libro La Crónica Social en la República Dominicana, con el que  rinde  homenaje a Susana Morillo y  reconoce de manera póstuma a la periodista Ramonita Castillo.

El libro de Cándida recoge la historia de la crónica social desde principios del siglo XX hasta nuestros días y resalta la importancia de esa rama del periodismo.

Felicitaciones sinceras a estas tres periodistas porque su alegría es la mía y creo que la de todos sus colegas.

También aprovechamos esta columna para congratular públicamente al  doctor Rafael Molina Morillo, quien fue seleccionado para recibir  el Premio Nacional de  periodismo 2010, que otorga el gobierno a través del Ministerio de Educación, y el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP). La elección se hizo en ocasión del Día del Periodista en abril pasado.

Es un galardón muy merecido porque fue seleccionada una figura emblemática de la comunicación, y un estandarte a favor de la libertad de la expresión no sólo en el país, sino en el mundo.