Me ha tocado la agradable experiencia de ver insertada en la Internet la revista infantil Tinmarín, de la cual soy editora desde hace casi tres años.
Pero no se trata pura y simplemente de vaciar el material que sale cada sábado, porque esto ya lo hace desde hace un buen tiempo, sino que desde el pasado día 30 los millares de niños y niñas que la leen pueden acceder y interactuar con ella desde la Web.
Para esos fines, Tinmarín cuenta con un entretenido contenido adicional que permitirá a sus lectores crear postales, dibujar, opinar acerca del contenido, poner fotografías, jugar online, compartir con sus padres y amiguitos, y acumular puntos. Naturalmente, se irán adicionando atractivos para que la gente menuda los disfrute.
Deberán registrarse previamente en la revista y hacer otro tanto con sus padres o tutores para poder interactuar y participar en todo eso. Eso garantiza que papá, mamá o el tutor tendrán acceso a lo que hagan los niños y constatarán que Tinmarín constituye una opción sana y divertida de navegar.
Me alegra sobremanera que este gran paso, acorde con los avances tecnológicos y con las necesidades de los infantes en ese sentido, se produzca siendo yo la editora, porque aunque no soy directamente la responsable de esa parte interactiva, sí lo soy del contenido regular que desde ya es el punto de partida para la Web. Eso me obligará a esmerarme más porque lo que salga quedará archivado para siempre. Pero además siempre produce una enorme satisfacción que los proyectos en los que uno está involucrado crezcan y se desarrollen. Quiero pedirles a los padres que induzcan a sus hijos a disfrutar de Tinmarín en la Red, que compartan con ellos, que los registren a través de Facebook y que aprovechen todo lo que la revista les brinda para su formación y disfrute. Ya yo me registré como lectora interactiva.